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lunes, 28 de abril de 2025

Paquita en el país de las maravillas

El viernes 25 y el sábado 26 de abril cerrábamos la semana cervantina con un broche de oro: el club de lectura sobre el libro Paquita en tierra de moros, y la ruta literaria del libro, ambas actividades con la presencia del autor y de los lectores de los clubes de lectura de la biblioteca pública de Ceuta, y del Instituto Cervantes de Tánger y de Tetuán. Un fantástico triángulo de la lectura con un magnífico libro y un maravilloso escritor hispano marroquí: Driss Bouissef-Rekab Luque.

Club de lectura el viernes 25 de abril en la biblioteca infantil del Instituto Cervantes de Tánger

El viernes, el club de lectura cumplió récord de tiempo con tres horas de duración que se podía haber alargado aún todo lo que quisiéramos porque este libro y la vida del escritor dan para mucho. Y es que Driss ha conseguido con este libro lo que lleva buscando toda la vida: acercar culturas, conocerse, reconocerse e interesarse por el otro, alejando así los miedos que nos da lo que no forma parte de nuestra cotidianeidad. Y ese ha sido también el cambio en su pensamiento político, de ilusionado comunista a demócrata, por su fe en las personas, en la humanidad, sin importar credo o religión. Para Driss, la calidad de una persona se mide en el comportamiento con el otro, y es que algunas de las experiencias que más lamenta y que más daño le han hecho en su vida es el rechazo que ha sentido en España por su nombre o su religión. Para él, las miradas despreciativas son un gran problema porque si no nos consideramos todos iguales como seres humanos, nunca llegaremos a vivir en paz. Y por eso volvió a Marruecos, porque aquí se siente igual que el otro, cuando en España le han hecho, en diferentes ocasiones, sentirse inferior.

Comenzamos hablando de la lengua española, utilizada por primera vez en una novela suya publicada, aunque asegura tener otros libros escritos en español, es una lengua con la que se siente cómodo, y la única en la que podría escribir sobre su madre, aunque el currículum académico y profesional de Driss está escrito en lengua francesa. Algunos lectores destacaron una parte primera de la novela más costumbrista y una continuación más política y reflexiva, lo que el escritor justificó con las edades en las que sucedían los hechos, de niño no se planteaba nada, simplemente sucedían las cosas, y de más mayor sí ha tomado conciencia de los hechos, y desde esta visión más reflexiva es como los narra en este libro autobiográfico tan íntimo y personal.

Algunos lectores del club en las escaleras del Instituto Cervantes de Tánger.

Largo y tendido pudimos hablar de Paquita, la madre de Driss y a la que este dedica el libro. Tanto asombró este personaje que una lectora le pidió que cambiara el título del libro a Paquita en el país de las maravillas, pero Driss quería que el título sugiriera ya la idea de una cristina en tierras musulmanas, y por eso escogió este título y no otro, aunque a todos nos hizo gracia la reflexión, ya que, aún con todas las vicisitudes aquí vividas, finalmente Marruecos ha sido el país escogido por Driss para vivir la mayor parte de su vida por elección propia. Otros lectores destacaron que era un libro de mujeres y para mujeres, al tiempo que manifestaron lo bien rodeado que Driss siempre había estado de todas ellas, con Paquita, sus hermanas, sus mujeres y su hija Sonia. Mujeres fuertes y maravillosas que no han cesado nunca en su lucha, tanto por él como por ellas mismas. De su padre Mohamed, falangista afín al régimen, machista y de carácter duro aunque con buen corazón, todavía le cuesta más hablar, por eso su muerte ni siquiera aparece en el libro, y quizás también por eso el libro está escrito en tercera persona, para tomar distancia de los recuerdos más duros. 

Quizás por todo esto, Paquita en tierra de moros es más dulce que A la sombra de Lala Chafia, un libro que también narra la vida del autor pero desde otra perspectiva, y escrito desde la cárcel. De hecho, si no llega a ser por el periodista Javier Otazu, no hubiera incluido este periodo de su vida en Paquita. Ante las diferentes preguntas sobre este tema, Driss nos confesaba que el día que salió de la cárcel fue el día más triste de su vida: sin trabajo, divorciado, y sin saber qué iba a hacer con su vida después de trece años encerrado. Cuando le preguntaron si, toda una vida después, volvería a pasar por lo mismo, aseguró que sí, porque «cuando una persona se compromete con un movimiento de transformación de un país, cree en lo que está haciendo». En esa época el idealismo comunista impregnaba el ambiente juvenil de Europa y Marruecos, y él sentía que quería luchar por mejorar su país, aunque asegura que cometieron un error: no tener las herramientas para medir las fuerzas del makhzen: «No teníamos ni idea de cómo funcionaba el poder en Marruecos». Sigue pensando que no hay democracia sin laicismo, y comparando su época con la actual es más pesimista, cree que ahora no hay entusiasmo por cambiar nada, ni en los países en desarrollo ni en los desarrollados. Y con un nuevo apelativo para este escritor tetuaní terminamos el club de lectura: el Nelson Mandela de Tetuán.

Inicio de la ruta frente al palacio real recordando el famoso bar La Parra. 

Y el sábado retomamos el encuentro paseando y recordando el bar donde su padre se gastaba el sueldo y la zapatería en la que trabajaba su madre antes de casarse, para llegar al antiguo cine Misión y al antiguo colegio de la Alianza Israelita, mientras visitábamos las librerías más emblemáticas de la ciudad de Tetuán, Alcaraz y Ágora, en nuestro camino hacia el Barrio Málaga. Allí visitamos la antigua iglesia convertida en mezquita, el cine Victoria y la casa de la abuela de Driss, en la que estuvo viviendo con sus hermanos. Finalizamos el paseo en los preciosos jardines del Hospital Militar de Tetuán pensando en el próximo encuentro, con la alegría y esperanza que ofrece conocer a escritores de tanta calidad humana. 

Fin de la ruta en los jardines del Hospital Militar de Tetuán.

martes, 11 de marzo de 2025

La espiritualidad, punto de interés este mes en la biblioteca

El pasado viernes 7 de marzo, nos reunimos en la biblioteca Vicente Aleixandre del Instituto Cervantes de Tetuán en torno a la exposición bibliográfica Místicos de las dos orillas, exposición que está abierta hasta el 28 de marzo en la biblioteca, con ocasión del mes de ramadán. La inauguración reunió a religiosos, investigadores, estudiantes, artistas, y público en general curioso de conocer sobre este tema, que va más allá de las religiones, y conecta con la esencia más íntima del ser humano. 

Presentó el acto la profesora y responsable del examen DELE del Instituto Cervantes de Tetuán, María Ángeles García Collado, enmarcando el evento en la trayectoria del centro como continuación de una política cultural que incita al diálogo intercultural, mencionando actividades como el Día de la Convivencia en Paz, que se viene celebrando cada año el 16 de mayo, y el Congreso sobre la Alianza de las Civilizaciones, organizado en colaboración con la Universidad Menéndez Pelayo. 

Inauguración de la exposición el viernes 7 de marzo de 2025, con
María Ángeles García Collado, Houda Laghrich y el padre Rolando Ruíz Durán. 

Acto seguido, tomó la palabra Houda Laghrich, de la biblioteca Vicente Aleixandre, inaugurando la exposición y argumentando la presentación de estos místicos seleccionados en dos razones primordiales: el valioso legado literario que nos dejaron en poesía y en prosa, y el legado humano y universal que resulta de gran actualidad hoy en día al hablar de tolerancia, libertad de culto o unidad de creencias. En la elección de títulos que forman parte de los elegidos para la exposición destacan aquellos del gran maestro Ibn Arabí, por su universalidad y gran actualidad; del Shaykh Al-Alawi, santo contemporáneo del siglo XX predicador de la renovación en la religión y en la espiritualidad por sus mensajes proféticos de gran fuerza espiritual, y grandes valores éticos entendidos a través de los tiempos, con el que mencionó el hadith (la palabra del profeta Mahoma) que dice que cada cien años llegará un santo que renovará los asuntos religiosos. De Santa Teresa de Jesús comentamos su vida y obra, en la que destaca su papel tanto a nivel social como espiritual. Su talento estuvo presente a través de su famoso poema Vivo sin vivir en mí.

Y clausuró la presentación el padre javeriano Rolando Ruiz Durán para explicarnos lo que es para él la mística en un apasionado discurso que cautivó a todos los asistentes por la franqueza de sus palabras y la humildad de su persona. En un discurso fluido y cercano nos habló del amor divino como motor que mueve la mística y permite experimentar vivencias difíciles de transmitir en el lenguaje común, siendo la poesía la mejor forma de expresión. Nos habló de dos místicos, uno cristiano y otro musulmán: San Juan de la Cruz e Ibn Arabí comentando sus respectivas vidas y sus experiencias espirituales, para finalizar recitando un poema de cada uno: Solo con el Único, de Ibn Arabi; y Cántico espiritual, de San Juan de la Cruz. 

Las preguntas, comentarios e intercambios de opiniones entre el público fueron muy enriquecedoras, alargando esta inauguración a una mesa redonda en la que se habló de la paz y de su relación con lo espiritual, de la libertad y la heterodoxia de la mística, de la relación entre los sufíes y los javerianos, y de los santos de las dos orillas y de todas las orillas.

miércoles, 18 de diciembre de 2024

Club de lectura: «No es un río», con Selva Almada

El pasado sábado 14 de diciembre despedíamos nuestro club de lectura 4 Lecturas 4 Continentes de 2024, dedicado a la literatura y a la naturaleza, con la escritora argentina Selva Almada, y su libro No es un río, último título de la trilogía de los varones, que agrupa los libros El viento que arrasa y Ladrilleros

Atentos lectores, nuevos y antiguos, recibíamos con ganas a esta enigmática escritora que descubrió el placer por la lectura desde bien pequeña y con gran voracidad, por la ventana a otros mundos y las diferentes realidades que estos ofrecen. A esta pasión la suma el periodismo y termina estudiando Comunicación Social, aunque la literatura la practica, de manera casi espontánea, en talleres literarios junto a otros colegas y nombres emergentes de la literatura argentina que estaban en el mismo comienzo y la misma búsqueda, con el maestro Alberto Laiseca. Los talleres, dice, ofrecen la posibilidad de encontrarse y compartir, algo importante cuando después la escritura se practica en solitario. El maestro, Laiseca, alentaba además a que cada uno sacara su propia voz y trazara su propio camino a la hora de escribir, y de esos talleres han salido autores muy diferentes y originales, nuestra autora, es un magnífico ejemplo de ello. De estos talleres, en 2003, sale también la editorial Carne argentina, recién empezado el proceso de edición independiente, con la idea de publicar sus propios libros.

Selva Almada durante el club de lectura el sábado 14 de diciembre de 2024

Para escribir cualquiera de sus libros, Selva nos contaba que se documentaba con autores relacionados con el tema o el lugar. Su novela Chicas muertas (Random House Mondadori, 2014), combina precisamente sus dos pasiones, periodismo y literatura, con una larga investigación detrás que incluye entrevistas y trabajo de campo. 

El viento que arrasa, primer título de la trilogía de los varones, nace de un cuento, una idea que iba creciendo y a la que se iban sumando elementos y posibilidades, y en el que, una vez más, su maestro Laiseca la animó a tirar hacia delante: si no lo escribes no sabrás nunca si será una novela o no. En 2009 terminó Ladrilleros, aunque no fue hasta 2012 que se publica, una novela que tiene su origen en una anécdota que le gusta por lo familiar de la misma, recordándole a su tío, de profesión ladrillero. Este segundo título la anima a continuar en su labor como novelista. Y por último, No es un río, es su tercer título de esta trilogía, muy influenciado por los poetas del litoral, la zona en la que la autora creció y de la que recuerda con nostalgia su infancia. La lírica y la poesía están muy presentes en las novelas de Selva Almada, la narrativa lírica la sale muy bien, sin embargo, nos confesó la dificultad que encuentra ella en escribir un poema, la dificultad de este género en sí mismo. 

Confesaba aquella tarde la inconsciencia al tener la naturaleza tan metida en sus novelas, el paisaje aparece con fuerza en sus textos, pero de manera casi espontánea, forma parte de su infancia y de su vida. En 2020 terminó No es un río, importante momento de conciencia medioambiental con la pandemia y los grandes incendios, que producen una nueva línea de pensamiento sobre los recursos naturales y las políticas gubernamentales. No se había propuesto escribir literatura sobre naturaleza, pero la naturaleza se impuso a la novela.

Lectores en el club de lectura con Selva Almada

Los lectores preguntaron por el lenguaje y por la técnica del diálogo que cambia tanto el ritmo de la narración, unos diálogos que no están acotados porque tienen la fuerza suficiente para no tener que estarlo. De igual manera, los personajes hablan poco, tienen vidas interiores pero les cuesta comunicarse con otros, vidas duras inmersas en la naturaleza. Ella lo imagina como una obra de teatro con un relator que va invitando a los personajes, lo imagina con una lectura en voz alta. Para los lectores el ritmo de la novela es frenético, sin capítulos, sin divisiones, como una corriente de agua, un fluir constante que no se detiene, en el que las relaciones interpersonales como la amistad o las relaciones familiares están muy presentes. Y los personajes están llenos de matices y de contradicciones, por los que no sientes empatía, pero que te hacen dudar en algunos momentos. Un desafío y una diatriba constante entre locales y forasteros. Para los personajes que vienen de fuera, el litoral y la naturaleza se presentan como un desafío, sin embargo, para los autóctonos, el río y el monte tienen una relación familiar con ellos. 

A partir de los personajes descubrimos en la novela leyendas locales, el realismo mágico que vemos desde Europa, que en Argentina, en palabras de la autora, es sólo realismo: curanderos, leyendas, ambigüedad entre vivos y muertos... temas que nos recordaron a los comentados en la sesión anterior con Samanta Schweblin. A través del personaje de Siomara, que aparece en la última parte de la narración, Selva nos confesaba cómo somos los vivos los que retenemos a nuestros muertos, por eso las chicas de la novela no acaban de morir, porque su madre no las deja ir, una idea que proviene además de una realidad sacada de su anterior libro Chicas muertas. Para Selva, quizás tengan que ver mucho con esa magia vista desde occidente, las raíces indígenas del continente, pero para América es, sobre todo, una realidad.

lunes, 7 de octubre de 2024

Club de lectura: «Distancia de rescate», con Samanta Schweblin

Este sábado 5 de octubre retomábamos la tercera sesión de nuestro club de lectura «4 Lecturas 4 Continentes», después de las vacaciones de verano, dedicado a la temática de literatura y naturaleza: Liternatura. De la mano de Samanta Schweblin, además de pasar una tarde fantástica donde no faltó la risa, la verdad y la espontaneidad, descubrimos un mundo de ingenio y originalidad con uno de sus libros más enigmáticos: Distancia de rescate.

Samanta comenzó contándonos dónde empieza su pasión por la lectura, relacionada con todo lo que sus padres la leían de pequeña antes de irse a dormir, o con la poesía que le recitaba su abuelo. Quizás por esto, su apego por la lectura tiene que ver mucho con la figura del lector y la implicación de este en la lectura. La pregunta que se hacía al principio de su trayectoria era: ¿Cómo se escribe una historia? Y la respuesta la llevó a estudiar Dirección de Cine y no la carrera de letras, mucho más teórica. Empezó a escribir sus primeros cuentos a los 12 años, y a tomarse en serio la carrera de escritora cuando pudo comenzar a vivir de ello, es decir, a tener tiempo para escribir: El tiempo es una cosa carísima, nos decía en la reunión del sábado. 

Samanta Schweblin en el club de lectura del sábado 5 de octubre.

A lo largo del club, la escritora puso sobre la mesa sus artes como profesora de talleres de escritura, un mundo que la fascina, donde las reflexiones de los alumnos la sirven para reflexionar a ella acerca de la importancia de la originalidad de los escritos, los lugares comunes y del encuentro con uno mismo y con su propio camino. El relato corto, además de ser tradición argentina, permite ver cómo se mueve la maquinaria narrativa, por eso, además de estar presente en sus inicios y escogerlo para su expresión literaria, es también lo que propone a sus alumnos en los talleres. Asegura que, como escritora, muchas veces ni siquiera decide por su cuenta si la obra será larga o corta, sino que el relato lo decide por ella, y si no es el relato son las emociones la que la guían en la escritura. 

Acerca de la temática de sus novelas, confesaba que la gusta sacar de lo cotidiano su lado sorprendente, monstruoso, inquietante... la fina línea que separa lo extraño de lo normal o lo posible de lo imposible, la gusta asomarse a ese lugar sin pasarse a la literatura fantástica o a la ciencia ficción, el capricho de la arbitrariedad, lo que puede pasar y lo que normalmente no pasa pero podría pasar, seguramente por eso sus novelas son tan inquietantes... Esa inquietud en la escritura de Samanta Schweblin, ese estado de alarma, la detectaron los lectores desde que aparecen los gusanos en la primera página, una escritura precisa que busca producir sensaciones y emociones en el lector, en palabras de la autora: uno escribe sobre el papel, pero también sobre la cabeza del lector - somos nuestro propio lugar común- escribir es bailar con el otro

Otras preguntas estuvieron relacionadas con las dos voces narrativas presentes en la novela, que la escritora estimaba necesarias para narrar lo que no era urgente, porque los límites y las condiciones de la historia determinan para ella el cómo se cuenta el relato: con mecanismos que abren caminos, refracciones hacia todos lados, haciendo de la lectura una experiencia más completa e interesante. 

Discutimos acerca del título del libro, Distancia de rescate, un término que aparece hacia la mitad de la novela y que supone además un concepto que empieza a utilizarse: la distancia que permite rescatar a los hijos de una amenaza. Una lectora destacó que si bien aparecen las madres conscientes tanto de este término como de otros relativos a los cuidados, los padres no están tan presentes en este relato, a lo que Samanta acertó a decir que en efecto, ellos, en esta historia, se quedan fuera. También preguntaron los lectores por el mundo mágico presente en la novela a través de la curandera, un tema que tiene mucho protagonismo en la novela, y que la escritora defiende, por la presencia de este mundo mágico de brujas y curanderos en América Latina o África, y porque la ignorancia acerca de lo que sucede en la muerte, permite indagar sobre estas situaciones en la literatura. Así, David, un personaje incierto al principio, también nos habla después desde ese otro lado, o cercano al mismo, la muerte.

Lectores participando en el club de lectura con Samanta Schweblin.

Otro tema presente en la novela, hilo conductor de la misma, es el glifosato y la aberración medio ambiental que significa su utilización. Esta novela es la primera ficción que habla de este compuesto altamente contaminante. Samanta nos contaba que el problema comenzaba a principios de la década de los años 70 en Argentina, y en el momento en que estaba escribiendo Distancia de rescate era tremendo lo que estaban haciendo las compañías, se documentó mucho en el proceso, y descubrió cómo algunas compañías utilizaban avionetas que regaban los campos de semillas transgénicas que requerían después el glifosato para su cultivo, o los búnker de salvaguarda de semillas tradicionales en un lugar recóndito del globo terráqueo para su preservación frente a las transgénicas. Nos dice que los temas muchas veces llegan a ella, y nos ponía el ejemplo de Kentukis, una novela que parece que habla de tecnología pero que la única palabra relativa a este campo es WI-FI, y que de lo que realmente habla es de la relación con el otro. 

Algunos lectores habían visto también la película de la novela de título homónimo, de la directora Claudia Llosa, 2021, donde Samanta Schweblin, en esta ocasión, sí participó. Asegura que en la mayoría de adaptaciones que se han hecho de sus cuentos y novelas cortas no ha participado, el cine le parece otro lenguaje y cree que ella hace lo que debe hacer exclusivamente en la fase de la escritura, sin embargo, con Distancia de rescate, le pasó algo diferente, no podía soltar la historia. Esto, junto con la conexión con la directora Claudia Llosa, la llevó a escribir el guion a cuatro manos, como si fuera prácticamente otro libro, localizando lugares y situaciones que exige el lenguaje cinematográfico, donde el mayor reto era lograr llevar a la gran pantalla las mismas emociones contenidas en la novela. Y quizás lo consiguió, porque los lectores que vieron la película aseguraron que era exactamente como se lo habían imaginado.

Nos quedamos con ganas de seguir charlando con la escritora y de descubrir esta película y otras adaptaciones cinematográficas, porque todo lo que tenga que ver con Samanta Scweblin resulta ciertamente sorprendente y enigmático, lecturas que no dejan indiferentes, y que permiten charlar y charlar durante horas y horas. ¡Gracias a la escritora y a los ávidos lectores que hicieron de esta lectura una fantástica experiencia!

miércoles, 13 de marzo de 2024

Club de lectura con Julio Llamazares, la lluvia y el paso del tiempo

«La memoria histórica de un país es su literatura».
Julio Llamazares, sábado de 9 de noviembre, en el club de lectura de su obra La lluvia amarilla.

El pasado sábado nos encontrábamos más de cincuenta lectores para disfrutar una tarde de lluvia, en Tetuán, y de literatura en cuatro continentes, de la mano del gran escritor Julio Llamazares, conducido por nuestro experto en literatura Ángel Hernando. Comentamos una obra de referencia en la literatura española, La lluvia amarilla, en el primer título del club «4 Lecturas 4 Continentes» de este año 2024, con el que comenzamos nuestro ciclo de Literatura y naturaleza.

Julio Llamazares comenzó contándonos sus pasos como lector en una casa de un pueblo en el que apenas había libros, su afición por los libros nada tiene que ver con un ambiente letrado, sino con una inquietud. Los pocos libros que leía los recuerda del colegio de curas al que fue en Madrid, años más tarde, en el que escogía la biblioteca y la lectura a las clases de educación física. Alguno de los títulos que más le influyeron por entonces fue Campos de Castilla, de Antonio Machado. Nos confesaba aquella tarde, con una lucidez y desenvoltura envidiable, que para él ser escritor era una forma de estar en el mundo, de relacionarse con él. Desde siempre ha huido de las clases de literatura, quizás por eso escogió estudiar Derecho, lo contrario a la imaginación, algo que el autor piensa que quien lo tiene lo mantiene y que, sin embargo, las leyes ayudan a estructurar los conceptos, la mente. 

Julio Llamazares durante el encuentro por videoconferencia el sábado 9 de marzo.

Para Julio lo que diferencia la literatura de la escritura es la poesía, la música de las palabras, si en un libro no hay esa magia, para él, no es literatura. Comparaba desde esos primeros momentos del encuentro la buena literatura con los ríos que van puliendo y erosionando las piedras, como el pulido de las palabras consiguen la magia de la poesía, de la literatura, y las imágenes en el lector. La segunda comparación con la naturaleza nos la hizo con su primera novela, Tierra de lobos, basada en historias que había escuchado en su pueblo leonés a lo largo de su infancia, historias que cada uno contaba de una manera, y que, como cuando metes la mano en una cesta de cerezas, vas sacando, puliendo e inventando posibilidades para la historia que al final el escritor escoge y decide crear. Esta novela fue llevada al cine en 1987, y del lenguaje cinematográfico el autor nos comentó que cree que es diferente al de la literatura, siendo el director de la película el que pone los adjetivos en esa faceta. Todo lo que ha hecho en el cine, los guiones o adaptaciones de sus libros, no han sido nunca junto a los directores.

De su faceta como autor de libros de viajes el autor destacó que lo que le gusta de escribir este tipo de libros es que le permite viajar tres veces, la del descubrimiento, la del recuerdo y por último, plasmar aquello en un texto para otros lectores. Destacamos algunos libros, como El río del olvido, un libro que ha supuesto grandes rutas para senderistas lectores; Trás-os-montes (Un viaje portugués), un gran fado, por la pasión que siempre ha sentido por Portugal, o Rosas de piedra y Rosas del sur, que surge de la fascinación que le produce entrar en una catedral y en su inmensidad. Todos los grandes libros fundacionales de la literatura han sido de viajes, como La Biblia, La Odisea o Los viajes de Marco Polo, decía. Para Julio Llamazares, que ha escrito poesía, novela, guiones cinematográficos y libros de viaje, los géneros literarios son como los aperos de labranza, cada uno sirve para un objetivo diferente. Su último libro, Vagalume (vagar por las llamas) es su gran novela de reflexión sobre su oficio de escribir o más bien su necesidad de escribir, y los vasos comunicantes entre escritura y realidad.

El primer lector que levantó la mano destacó los fantasmas del protagonista, a lo que Julio contestaba hablándonos de los monstruos que produce la soledad, y también de los fantasmas diarios a los que nos enfrentamos en nuestra vida cotidiana, con los que hablamos continuamente, los fantasmas forman parte de la vida, ¡continuamente encontramos gente hablando sola por la calle! Otra lectora destacó la fuerte carga emocional de la novela, y que la única forma de llevar al cine la novela sería de la mano del director Víctor Erice, una idea con lo que Julio Llamazares estuvo muy de acuerdo. Al teatro sí se ha llevado esta novela, en diferentes ocasiones, y actualmente está de gira por España. También se hizo una adaptación al ballet. Recientemente se ha publicado una edición no venal de la versión ilustrada de Antonio Santos. Al cine, en efecto, no se ha llevado todavía, y el autor prefiere que no se lleve, temiendo que no se haga justicia a esas imágenes y sentimientos que produce la novela en el lector. 

Lectores pidiendo turno para participar en el club de lectura con Julio Llamazares.

El tercer lector le preguntó directamente si él era el protagonista, y Julio no tardó un segundo en decir que sí, que él mismo estaba en todos los personajes, aunque los autores tienden a pronunciarse más en los protagonistas, y por eso, nos decía, a veces el autor protagonista es el menos creíble de todos. En respuesta a otra pregunta, y al hilo de este tema, nos confesó que empezó escribiendo la novela con una mujer como protagonista, acorde a una historia real de un pueblo abandonado de Guadalajara, donde se encontró a una señora que vivía sola desde hacía varios años en la situación que se cuenta en la novela, pero al llegar a las cincuenta páginas, cambió al personaje masculino por la dificultad de meterse en la piel de uno femenino para tratar temas vitales tan profundos. Del protagonista, Andrés, seguimos hablando después, de su representación del duelo y el desarraigo, y de la falta de empatía que produce, donde Julio nos explicaba la importancia de la tradición en la novela, del hereu (el heredero), y la pertenencia a la casa y a la herencia, costumbres heredadas de la Corona de Aragón, la responsabilidad de los hijos con sus orígenes y con la familia, costumbres que a día de hoy se mantienen en algunos sitios, aunque sea en el imaginario rural. Nos habló también de la certeza de la juventud frente a las dudas de la gente mayor, y que quizás eso pudiera explicar también el comportamiento de este señor, que vive en un mundo en el que nada es sólido. 

Y es que el argumento es lúgubre, triste, duro, y sin embargo el estilo es lírico, una epopeya a la España vacía, comentaba otro lector, que descubrió la escasez de adjetivos al principio de la novela, que van creciendo a lo largo del texto, al tiempo que los participios disminuyen. Julio, asombrado, reconoció que siempre habían sido los lectores y críticos los que mejor habían conocido su obra. Él escribe desde la emoción, la que le produce entrar en un pueblo abandonado. Entre el público siguieron indagando, ¿cómo escribe esta novela y toda esa emoción con apenas treinta años? Contestó diciendo que los temas son siempre los mismos, y el argumento de la vida también, la búsqueda de la felicidad. Y los libros son espejos, deformados, en los que nos reflejamos, si te interpela, es que lo llevas dentro. Y por eso, el final, nos decía Julio, el final de esta novela también es abierto.

Otros lectores destacaron el tiempo en la obra, las imágenes, las metáforas, los colores.... a lo que el autor contestó con el propósito real de la novela, contar aquello que dicen que pasa por tu mente un segundo justo antes de la muerte, toda tu vida. La novela empieza en futuro y acaba en pasado, y el tiempo, en la vida y en la literatura, ya sabemos que es fundamental. La lluvia amarilla nos habla de hojas de otoño, del paso del tiempo, de la locura, elementos que todos llevamos dentro, y en último término de la muerte, pues ¿qué es la muerte sin la vida? Aquella tarde reímos y disfrutamos mucho con Julio Llamazares, de su prosa lírica escrita y también hablada, de sus recuerdos, y de su sinceridad y apertura a un nutrido grupo de lectores, apasionados y felices de compartir con él grandes obras literarias que han marcado la historia de la literatura española del s. XX, como la que nos ocupaba.

miércoles, 28 de febrero de 2024

La ruta de las espías del Estrecho, en Tetuán

El pasado jueves 22 de febrero, la escritora Mariángeles Chozas nos ofrecía todo su conocimiento sobre el espionaje femenino de la primera mitad del s. XX en un paseo urbano que para ella supone una práctica habitual que lleva varios años realizando, aunque en esta ocasión, por primera vez, lo hacía al otro lado del Estrecho, al otro lado de esa calle de agua, como ella lo llama, en nuestra ciudad de Tetuán, y rodeada de un público numeroso y entusiasmado por realizar esta ruta que dio a conocer lugares, personajes y épocas históricas que destacan la importancia del estrecho de Gibraltar a lo largo de la historia, y de esa historia común que compartimos ambas orillas. Desde Algeciras, un grupo que sigue fiel las rutas de esta escritora, la siguió también hasta Tetuán. 

Comienzo de la ruta en el salón de actos del Instituto Cervantes de Tetuán.

Comenzamos la ruta en el Instituto Cervantes de Tetuán, casa de Sira Quiroga en la serie de televisión del libro El tiempo entre costuras, importante espía ficticia, aunque más conocida que otras espías reales, que nos estaban esperando para conocerlas esa tarde. En este espacio Mariángeles nos contó dónde comenzó su pasión por el mundo de las espías, con Rosalinda Fox, su preferida, la inglesa de Guadarranque, de la que lleva años oyendo historias, y con las que ha creado la biografía novelada Las doncellas de la espía. ¡Con ella empezamos!

Y para hablar de ella nos fuimos a nuestro primer destino, al actual Palacio Real, donde estaba la Alta Comisaría de Tetuán, para hablar de Rosalinda Fox, pareja del alto comisario Beigbeder. Rosalinda nació en 1914 en una preciosa casa colonial en Calcuta, la joya de la corona de la colonia británica. Con apenas quince años, Peter Fox se enamora locamente de ella, se casan y tienen un hijo. Para amamantar a ese hijo, además de una nodriza, compran una vaca, con la que parece que Rosalinda contrae una enfermedad para la que la auguran pocos años de vida, meses, y que sin embargo no resulta así, ya que acabó muriendo con más de 90 años. Después de pasar por un balneario en Suiza, se establece en Estoril (Portugal), donde conoce a la mujer del general Sanjurjo, militar en el exilio. Es por este, y en una visita que les hace en Berlín, que conoce a Juan Luis Beigbeder, que se enamora perdidamente de ella, y con el que se instala después en Tetuán, en un chalecito en La Cornisa. A Beigbeder, gran diplomático que ganó dos guerras a base de negociaciones, y sin disparar un solo tiro, lo mandan como alto comisario a Tetuán para  reclutar tropas para el golpe de estado que se estaba gestando. Ambos se aprovechan el uno del otro para obtener información, Rosalinda intenta que España no entre en la IIGM, de la mano del Eje, para lo que repite a Beigbdeder que recuerde que Inglaterra jamás había perdido una guerra, y este a su vez la envía a buscar información por las carreteras de Marruecos en el famoso Austin rojo, aventura en la que descubrió que los franceses tenían tropas preparadas en la frontera para atacar en caso de que España se aliara con Alemania. En medio de todo esto, la operación Fénix, en la que Alemania le prometió a Franco el peñón de Gibraltar si se metía en la guerra con ellos. Churchill dijo de ella que cambió el rumbo de la segunda guerra mundial.

Primera parada de la ruta con el Cine Español al fondo. 

Al acabar la guerra española, a Beigbeder lo envían a Madrid, descubre que la Gestapo está detrás de Rosalinda, y la hace salir de España cruzando la frontera por las dehesas de Badajoz, para instalarse en Portugal. A Beigbeder lo destierran a Ronda, después de sustituirlo por Serrano Suñer, y Rosalinda aparece en Guadarranque, una aldea de pescadores de San Roque, con Gibraltar a su izquierda y Marruecos enfrente. Dicen que la idea de instalarse allí fue de Beigbeder, para poder ver Marruecos desde allí, pero Mariángeles opina que no es cierto, ya que Rosalinda fue allí con su amante de turno, y a Beigbeder le fue a visitar, más por pena que por otra cosa, en contadas ocasiones.

Rosalinda quiso montar en esa pequeña aldea un complejo de lujo, con campos de golf, polo y canódromo, compró terrenos en ese entorno paradisíaco y creó una sociedad para poner en marcha su particular costa dorada, y construyó un hotel que hoy día sigue en pie, aunque convertido en una ruina. Sin embargo, Franco, o más bien su mujer, Carmen Polo, no tenía a Rosalinda entre sus amistades preferidas, y el regalo que Franco quiso a hacer a Gibraltar, la refinería de Gibraltar, decidió instalarla justamente en los terrenos adquiridos por Rosalinda para su proyecto. Ahí comienza su declive, sus socios dejan de querer serlo, se le muere su hijo, perdió todo su dinero, y acaba asistida por los servicios sociales de San Roque. Con 96 años y la cabeza un poco perdida, contaba su vida en el hospital, a la que nadie daba crédito, hasta que apareció la novela de María Dueñas y en aquella pedanía pusieron en valor las historias de la inglesa de Guadarranque, con la que habían compartido paseos, peluquería e incluso asistentas. 

Los visitantes en el actual Palacio Real de Tetuán, donde estaba la Alta Comisaría en los años 30.

Llegamos al Casino Español de Tetuán, situado en la céntrica Calle Mohamed V, antigua Calle del Generalísimo, donde Mariángeles nos contó la interesante historia de Elfrida Churchill, amiga de Rosalinda Fox, con la que acostumbraba a pasar las fiestas de fin de año en la Venta Miraflores, de San Roque, punto neurálgico y nido de espías en la época.

Hija de una gibraltareña de origen italiano, y de un Churchill, ingeniero inglés que llegó a Algeciras para hacer el trazado del ferrocarril, y primo por línea bastarda del primer ministro inglés, Winston Churchill, ella era conocida como Lady Churchill. Se movía en las fiestas de alto copete que sucedían desde Algeciras a Gibraltar, pasando por Tánger y Tetuán, allá donde hubiera importantes dirigentes, militares o gente de influencia de la alta sociedad, por eso en Tetuán escogimos el casino español, como lugar en el que seguro pasó mucho tiempo esta mujer arrolladora, bailarina, guapa, inteligente, educada y muy elegante. Tenía tantas cualidades que los servicios de espionaje británicos pasaron por alto sus orígenes italianos, enemigos en guerra, al contratarla para controlar el movimiento de tropas desde El Estrecho. Elfrida llegó a tener hasta seis nombres diferentes, y parece que fue ella en la que se basó Ian Fleming para diseñar a la primera chica Bond. 

Se dice de su casa en Algeciras, Villa Aida, cuyo nombre en clave era el nido, que era el punto cero de reunión del espionaje británico en España, y desde donde se llevaban a cabo las operaciones contra italianos: interrogatorios, torturas... la casa ya no existe, pero sí el árbol que se plantó allí, y no de forma inocente, un ciprés de los pantanos, pues Mariángeles aprovechó para contarnos la misión de los árboles durante la guerra, indicando un lugar o una posición. Actualmente, este ciprés se encuentra al lado de la oficina de correos de Algeciras, está precioso y siempre frondoso.

Ruta de las espías del Estrecho en Tetuán.

De los casinos, y pasando por La Cornisa de Tetuán, nos vamos a las estaciones de tren, por donde aparecen nuestras dos últimas espías. La primera en el barrio de ingenieros (llamado popularmente geniores), donde estaba la estación de tren que venía de Martil, y que se proyectó para cubrir Chauen y el Rif. Allí descubrimos a Margarita Ruíz de Lihory, más conocida como la Mata Hari española, a la que enviaron como corresponsal de prensa a cubrir la Guerra del Rif, donde conoció a Abdelkrim El Khattabi, uno de sus grandes amores. Acusada de ser espía doble, medió en la liberación de prisioneros españoles capturados precisamente por abdelkrim. Salvó a Franco de la muerte hasta en dos ocasiones, de una emboscada en el Rif y de una herida en un brazo, gracias a sus conocimiento de enfermería, y dicen que era la única que se atrevía a llamar de tú al caudillo en público. 

Terminó la carrera de Derecho en dos años, en vez de en cinco, y prefirió los temas de ocultismo de la gran biblioteca de su padre a las creencias religiosas de su madre. Tuvo cuatro hijos muy joven, pero muy pronto descubrió también que había venido a este mundo para algo más que para ser madre y esposa. Con un marido infiel, cuando murió su padre, decidió abandonar la casa familiar y emprendió un viaje por Francia y Europa donde tomó contacto con otras religiones que cambiaron su concepto de la vida y la muerte. Fue también una gran activista a favor de los derechos de las mujeres.  

Se le han atribuido romances con Miguel Primo de Rivera, Manuel Aznar, el cardenal Benlloch y Henry Ford. De Marruecos se fue a América, donde dilapidó su fortuna, y llegó a España poco antes del golpe de estado. Se instaló en Madrid con sus hijos, y al morir la pequeña, Margot, de leucemia con 16 años, uno de los hijos acusó a la madre de haberle cortado la mano, sacado la lengua, los ojos y el vello púbico. Aunque silenciaron el caso desde el Palacio del Pardo, el informe del forense certificó que al cadáver le faltaba todo lo anterior, y también descubrieron en casa de Margarita cabezas de animales muertos. Se habló de tráfico de joyas y drogas, de utilizar a los animales para el transporte de todo tipo de sustancias, y también se sospechó de magia negra, de sectas y rituales, y un sinfín de especulaciones. Los que algunos no saben es que es de esta mujer de donde viene la coplilla popular: En la calle Princesa vive una marquesa / con su hija Margot, a quien la mano cortó / Moraleja, moraleja, esconde la mano que viene la vieja. 

Reflejo del grupo en la cristalera del Centro de Arte Moderno de Tetuán,
última parada, antigua estación de tren Tetuán  - Ceuta.

Y llegamos a nuestro último punto, el Centro de Arte Moderno de Tetuán, la antigua estación de tren Tetuán - Ceuta, por donde algún día llegó a esta ciudad Larissa Swirsky, la rusa, a la que le gustaba llamarse la reina de corazones. Nacida en Odessa, es de las pocas supervivientes de la familia Romanov que escapó con vida de la revolución bolchevique. De toda la riqueza de la familia, tan sólo pudo salvar un anillo con un gran diamante, de un brillo extraordinario, hasta el punto que allá donde iba se la reconocía por esta joya. 

En su viaje por Europa, conoce en Cannes a un militar español con el que se casa y se instala en Sevilla. Tiempo después, lo envían a Ceuta, donde Larissa conoce a Anita Colombo, posible nombre ficticio, puesto que es una mujer de la que no se sabe nada, pero es la que propone a Larissa trabajar para los servicios secretos alemanes y la trae a Tánger y a Tetuán, desde donde iba y venía a Ceuta. Aquí la preparan la adoctrinan, y sobre todo la convencen, entre otras cosas, prometiéndola vengar los daños que le hicieron a su familia, y recuperar la riqueza familiar. Al marido le vuelven a trasladar, esta vez al Campo de Gibraltar, y alquilan una casa a pie de playa en Puente Mayorga. La misión de Larissa era de informar de dónde estaban situados los barcos ingleses, así iba y venía a Gibraltar con el pretexto de hacer compras, y siempre con su hija, un buen salvoconducto para no levantar sospechas.

Cuando su hermana la visita en una ocasión para pasar una temporada con ella y le comenta los saqueos de los nazis en Europa y los campos de concentración y exterminio, cuenta su hija que Larissa empieza a llorar desconsoladamente y se propone actuar como agente doble para expiar todo el daño que había hecho sin saberlo. Nunca la descubrieron, pero los alemanes sí sospecharon, y en una ocasión la propusieron subirse a una trasatlántico para desarrollar una misión en Argentina, la inteligencia aliada se enteró de que lo que pretendían era deshacerse de ella en alta mar y la alertaron con tiempo, ella se excusó de la misión aludiendo a motivos personales. Tanto Larissa como Rosalinda intentaron evitar la Operación Félix y que Hitler no se hiciera con las llaves del Estrecho.

Una cosa nos quedó clara esa tarde, todas las espías compartían belleza, riqueza y conocimiento, y todas acabaron también en la mendicidad o terminando sus días en condiciones deplorables, contando su vida cuando ya se les había ido la cabeza. Mariángeles ha ido conociendo a estas espías, en los libros o en fuentes de primera mano, como hijas, amigos o cuidadores de estas mujeres. Su ímpetu e interés le ha llevado a celebrar interesantes rutas dedicadas a sus vidas, tan desconocidas y trepidantes, a ambos lados del Estrecho. ¡Nos encantó la ruta y la presencia y generosidad de Mariángeles!

martes, 13 de febrero de 2024

María Dueñas y Charifa Dahrouch presentan «Sira» en árabe

La tarde del 8 de febrero recibíamos la presentación de la traducción al árabe de «Sira», la tan esperada segunda parte de El tiempo entre costuras, en el Instituto Cervantes de Tetuán, de la mano de su creadora, María Dueñas, y su traductora, Charifa Dahrouch. El vídeo completo de la actividad se puede disfrutar en nuestro canal de Youtube.

María Dueñas comenzó la conferencia asegurando sentirse en casa porque el primer lugar por el que pasó su abuelo al instalarse en Tetuán fue precisamente este edificio. El actual Instituto Cervantes era en la época el edificio de correos y telégrafos, uno de los primeros en construirse en el Ensanche, y cada vez que entra por nuestra puerta imagina a su abuelo entrando por la misma puerta hace casi cien años. Aquí nació su madre, y la nostalgia sobre la ciudad de Tetuán les ha acompañado siempre a toda la familia, por eso siempre que puede se escapa a esta ciudad, y nunca faltan familiares y amigos que la acompañan. 

María Dueñas ha rescatado con este gran ventas la memoria emocional que se va perdiendo, memoria humana. Volver la mirada a los años en la que los españoles convivieron con los marroquíes en la ciudad de Tetuán. Y así fue descubriendo. y mostrándonos a los lectores unos personajes fascinantes como Beigbeder o Rosalinda Fox que, a día de hoy, muchos conocemos gracias a esta novela. 

Presentación del libro Sira en el Instituto Cervantes de Tetuán.
De izqda. a drcha.: María Dueñas, Francisco Oda-Ángel y Charifa Dahrouch

Charifa Dahrouch, traductora al árabe de las novelas de María Dueñas, confesó no saber dónde se metía al decidirse a traducir la primera novela de la autora, no sabía la repercusión que iba a tener este libro que ha recorrido el mundo, y que se ha consagrado como una de las novelas más leídas de los últimos años, atrapando a lectores de todas las orillas. Lo que más la fascinó de la obra de María Dueñas fue la precisión al hablar de lugares, épocas, o personajes que ninguna han conocido, pero que a ella la hizo viajar en el tiempo para pasear por esos lugares y tiempos remotos. Seguir con Sira era un reto que quiso realizar por amor a la ciudad y a esa historia compartida. Y acabó confesándonos que la primera parte, El tiempo entre costuras, lo tradujo a mano, con papel y boli, para después pasarlo a ordenador. Con Sira, el procedimiento ha sido más acorde a los nuevos tiempos, para esta novela sí ha utilizado el ordenador desde el primer momento.

Charifa se ha metido la novela desde lo más profundo, y algunas partes le han costado más que otras, como las expresiones de Candelaria, la matutera, por ejemplo: fatiguitas en la chepa , bujarrón, ¿cómo traducir estas riquezas de la lengua española? María, a medida que iba escribiendo, iba siendo consciente de que los traductores se acordarían más o menos de ella, pero nos comentó la importancia que tiene en sus textos que cada personaje utilice diferentes registros, no habla igual la matutera que el alto comisario Beigbeder, y eso debe estar presente en los diálogos y definición de los personajes.

La complicidad entres estas dos mujeres, escritora y traductora, es evidente, y para María Dueñas no es tan normal este entendimiento, pero con Charifa siente dejar el texto en buenas manos. Sira está ya disponible en inglés, francés, turco, rumano... y siguen siendo muchos los turistas y curiosos de diferentes nacionalidades que se acercan a esta ciudad para seguir los pasos de su protagonista. ¿Embajadora de Tetuán o agencia de viajes? María Dueñas confiesa sentirse a veces más lo segundo que lo primero.

El público quería saber por qué en esta segunda novela de la gran espía tetuaní, se escogen estos cuatro lugares emblemáticos por donde transcurre la trama y no otros. María Dueñas nos explicó que era importante retomar Sira con la guerra terminada, un tiempo de paz aparente en el que el mundo no está en paz realmente, y quiso rescatar dentro de las mil cosas que estaban pasando en el mundo, los lugares dónde estaban pasando cosas importantes: Palestina en los momentos previos al fin del mandato británico, un triángulo un poco desconocido entre ingleses, judíos y palestinos, Marcus Logan es inglés y asume una importante labor en este territorio; y de ahí a Londres, para mostrar un país en reconstrucción después de la segunda guerra mundial y con muchos exiliados españoles, un tema que le gusta mucho, y que ha tratado también en otras novelas suyas como Misión olvido, que sucede sin embargo en universidades americanas. Después tenía que pasar sí o sí por España, esa España franquista, hambrienta y harapienta, y por supuesto finalizar en Tánger, cerrar el círculo, donde tampoco podían faltar las idas y venidas a Tetuán desde Tánger, donde vive la madre de Sira y otros tantos amigos.

Otras preguntas del público, que abarrotaba la sala este jueves, eran de agradecimiento, de admiración y de curiosidad, el lugar exacto donde vivía Candelaria o Rosalinda Fox, la aclamada ruta de El tiempo entre costuras que ya se está realizando por algunas agencias y pequeños emprendedores, y que recorre lugares reales o ficticios, pero que constituye un magnífico testimonio de la historia de la época. Los tetuaníes están orgullosos de la historia de su ciudad reflejada en este libro. Tantas memorias perdidas que han conseguido ver la luz a través de esta novela, y otras que podemos imaginarnos, porque ya no están. Una memoria oral que se pierde y que hay que intentar salvaguardar, de la que María Dueñas es el mejor ejemplo de esa recuperación de testimonios personales, convertidos en una fantástica novela. 

miércoles, 18 de octubre de 2023

Una semana, un libro, un autor

Marruecos es el amor de mi vida, culturalmente hablando.
Gonzalo Fernández Parrilla, presentación de Al sur de Tánger en Dar El Oddi, Tetuán, 10 de octubre de 2023.

Presentación del libro Al sur de Tánger en Dar El Oddi,
con 
Jalal El Oddi y Gonzalo Fernández Parrilla.
Gonzalo Fernández Parrilla está cautivando al público lector que vive o camina entre estas dos orillas que unen el mar Mediterráneo, España y Marruecos, con su primera novela, inclasificable según los lectores, Al sur de Tánger. No es este su primer libro, pues este arabista, profesor universitario, investigador y periodista, ha saltado a este género después de diferentes estudios, traducciones y recopilaciones, en las que ha participado como arabista y especialista de la lengua y la cultura arabo-musulmana. Con este libro se desmarca de esas publicaciones académicas para acercar, a todo el que quiera conocer, con sus luces y sombras, lo que nos une y nos acerca, como buenos vecinos, con tanta historia y costumbres compartidas: porque más allá de la lengua y la religión existe la afinidad con las personas, que es lo que ha ocurrido, aseguraba el escritor este martes en Dar El Oddi. 

Surge así este libro de viajes, Al sur de Tánger: un viaje a las culturas de Marruecos, que es en realidad un viaje intelectual por esa riqueza diversidad y cultural que tiene este país, porque también en palabras del autor: cuando las relaciones políticas son tan complejas, es importante que las relaciones culturales sean más fuertes. Y así lo descubrimos el martes 10 en el Espacio Cultural de Tetuán Dar El Oddi y en el club de lectura que celebramos el viernes 13 en el Instituto Cervantes de Tetuán, junto a los lectores del Instituto Cervantes de Tánger, al que acompañaba el sábado una ruta literaria por la ciudad de Tánger liderada por el escritor

Cuarenta años lleva Gonzalo aprendiendo la lengua árabe y la cultura arabo musulmana, desde que en 1983 llegó a Tánger por primera vez, a bordo de un ferry, como comienza su libro, y que no termina ahora, pero sí conmemora con esta publicación todos los amigos, las aventuras y las experiencias recopiladas en todo este tiempo. Fue vaciando la maleta de estereotipos y llenándola de amigos y nuevas ideas. En esta ocasión, durante el club de lectura, que no es nuevo pero sí reciente, aseguraba ser el formato que más le gustaba de actividad cultural, donde cada cual podía sentirse libre de expresar comentarios y sensaciones sobre el libro, incluido él mismo. 

Comenzamos el club comentando lo interesante del libro por lo que da a conocer y cómo, motivando a seguir investigando y conociendo esas referencias locales o compartidas entre ambos países, de forma didáctica, ya que al autor no puede escapar de su labor como profesor. Un libro que no quieres terminar, comentaron los lectores, porque cada página descubre episodios de forma amena y con un lenguaje exquisito. Gonzalo nos contaba que con este libro quiso contribuir a desmontar los estereotipos sobre Marruecos, ese orientalismo tan presente en el imaginario occidental, para abrir caminos hacia otros lugares a través del arte, los museos, el cine, la música, la literatura... muchas referencias de todas ellas, y especialmente una obra: El pan desnudo o El pan a secas, de la que esperamos, por qué no, una traducción suya, que mantenga el ritmo, la fuerza y la sutileza de la obra original. 

Club de lectura del libro Al sur de Tánger en el Instituto Cervantes de Tetuán, 13 de octubre.

El título, un juego con otras publicaciones: Al sur de Granada, del inglés Gerald Brenan, o Al sur de Tarifa del diplomático español Alfonso de la Serna, que tiene a Tánger como punto de partida, punto de llegada tradicional a Marruecos, primera impresión del país. Marruecos empieza aquí para muchos españoles, y aunque el libro no está escrito con un orden geográfico o cronológico, el orden lo impone el imaginario del escritor en un invisible hilo conector que une un capítulo con otro; sí tiene un tema transversal en todas sus páginas: las relaciones hispano marroquíes. Además del título, la portada ocupó un espacio en el debate, de corte orientalista, confesaba no sentirse del todo cómodo al principio con la imagen escogida por la editorial, pero descubrió que también era sugerente, y podía ser esa puerta que se abre a la variedad de culturas que nos ofrece este estimulante libro de viajes al conocimiento. Las cuatro ediciones del libro así lo abalan.

Algo que pone de manifiesto el libro es que de todo se puede hablar, porque de todo se habla en él, sin herir sensibilidades ni disgustar a nadie, más bien al contrario, exponiendo la información y las investigaciones de cuarenta años de pasión y profesión, con respeto y confianza, que el lector puede sentir en cada página. Y un tema constante: la modernidad, a través de todas las referencias culturales aparecidas desde la segunda mitad del s.XX hasta ahora. Una modernidad que tradujimos en el debate por democracia y libertad. Por todas estas referencias algún lector plasmó su visión del libro: Me gusta el libro porque pone de manifiesto que Marruecos no cabe en un bazar, agradeciendo al autor todo lo expuesto, ampliando esa identidad marroquí a otra escala, más abierta, moderna y vanguardista.

Gonzalo aseguraba que un traductor es el mejor conocedor del texto original, y él como traductor y revisor de traducciones por su labor en la Escuela de Traductores de Toledo, tiene amplia experiencia en este campo. Desde el público le asignaron el oficio de traductor cultural, por ese vasto conocimiento de Marruecos desde el punto de vista académico y también vivencial. Asegura sentirse marroquí por las más de cuatro décadas dedicadas a investigar y a conocer la riqueza del país.

Lo más complicado para él ha sido hablar de política interna o la parte autobiográfica, que eliminó en buena medida por consejo del editor, aunque dice que todavía hay mucha, pero muchos lectores no detectamos tanta, dejándonos con ganas de saber mucho más sobre este excelente escritor, humilde, ameno y apasionado. El fútbol, las mujeres, los judíos, las libertades individuales, los emblemas nacionales como el león del Atlas o la estrella de la bandera marroquí aparecieron también en el debate por parte de los lectores. Del fútbol, a raíz del mundial 2023,  Gonzalo confesó que no era para él un verdadero motivo de unión entre países, pues permite desatar los fervores nacionalistas, y eso le turba, no lo apoya. Ante la pregunta, ¿en qué se puede avanzar más en Marruecos? el escritor lo tiene claro: en igualdad económica y de género. Algunos lectores destacaron que sólo falta en este libro la dimensión económica, algo para el autor mucho más fácil de ver en estos cuarenta años, las transformaciones económicas y estructurales, que la transformación de las mentalidades. 

Comienzo de la ruta literaria en la plaza del Zoco Grande 
y primera parada en la medina, camino del Zoco Chico.

Todavía con la emoción en el cuerpo, el sábado nos juntamos lectores e interesados en el Cinema Rif de Tánger, antiguo Cine Rex, para comenzar la ruta literaria: del Zoco Grande al Zoco Chico para terminar en la Kasbah, en el Museo de Arte Contemporáneo. Desde el Cine Rif el escritor nos invitó a mirar el paisaje donde pudimos encontrar el minarete de una mezquita, la cúpula de una iglesia y un edificio diseñado por el arquitecto del Gran Teatro Cervantes, actualmente en remodelación. Durante la ruta nos contó a las más de setenta personas que le acompañábamos, anécdotas del Hamam Franco, la Pensión Amar, cuyo nombre ya nos indica lo que sucede en el interior de sus alcobas, una calle dedicada a Vicente, importante por traer los churros madrileños a Tánger, o los jardines de la casa de Barbara Hutton. Finalizamos la ruta literaria en el magnífico Espacio Cultural y Artístico Riad Sultan de Tánger, de la mano de Zoubeir Ben Bouchta, dramaturgo y director de este magnífico teatro, que cuenta con una destacada programación semanal. 

Lo mejor de esta semana, además de intercambiar experiencias y conocimiento, ha sido las ganas que Gonzalo Fernández Parrilla nos ha dado de seguir leyendo y consumiendo cultura, sus libros, traducciones y colecciones de libros de la Escuela de Traductores de Toledo, disponibles en la biblioteca, pueden ser un buen comienzo. El autor nos invitó igualmente a visitar su página de Instagram, Otro Marruecos, donde recoge y difunde información sobre Marruecos pasada por su tamiz. Esperamos volver a tener un club tan multitudinario e interesante próximamente, quizás con el siguiente libro divulgativo de este gran investigador y escritor, gracias Gonzalo, te esperamos en Tetuán en otro de esos viajes tuyos. 

Colofón de la ruta literaria con la lectura de los textos en inglés, árabe, francés y español
en el Espacio Cultural y Artístico Riad Sultan de la Kasbah de Tánger. 

miércoles, 27 de septiembre de 2023

Descubriendo la Reserva de la Biosfera Intercontinental del Mediterráneo con grandes especialistas

Este martes 26 de septiembre celebramos en el Instituto Cervantes de Tetuán un coloquio para descubrir y dar a conocer la Reserva de la Biosfera Intercontinental del Mediterráneo, España - Marruecos, creado en 2006 por la UNESCO, una iniciativa presentada conjuntamente por ambos países. Inició y clausuró el acto el director del Instituto Cervantes, Francisco Oda-Ángel, que presentó a los tres conferenciantes y expertos, emplazándoles a volver pronto, con magníficas iniciativas que fueron surgiendo durante la charla. ¡Pasen y lean! 

De izquierda a derecha: Eduardo Briones, Ana Villaescusa, Mchich Derak y Francisco Oda-Ángel.


Mchich Derak, ingeniero forestal en la Agencia Nacional de Aguas y Bosques de Tetuán nos explicó que la Reserva de la Biosfera Intercontinental del Mediterráneo (a partir de ahora RBIM) une dos continentes con un potencial natural, cultural, histórico y humano muy importante. En la parte marroquí, las tres áreas protegidas más importantes son: Jbel Moussa, con una importante riqueza de flora, fauna, paisajes y acantilados; el Parque Nacional de Talssemtane, que invitamos a descubrir también desde nuestra biblioteca, con dos fantásticas guías en español, caracterizado sobre todo por la especie endémica del cedro del Atlas; y  Bouhachem, en vías de ser Parque Natural. 

Las principales actividades de este espacio protegido en la orilla marroquí son los productos locales  (como la miel, el queso o el aceite de oliva), la pesca, la agricultura, el aprovechamiento forestal (maderas, plantas naturales...), o la caza y el turismo. Y los peligros: los incendios y la erosión. Derak nos contó diferentes proyectos clave ejecutados sobre la reserva en el marco de RBIM, como la reinserción del ciervo de Bérberie, la construcción de un centro de rehabilitación del buitre en Jbel Moussa, o el apoyo a las cooperativas locales; así como las oportunidades de desarrollo local con la puesta en valor de la etiqueta de denominación de origen para esos productos locales elaborados o producidos en esta zona. Apuestan además por una mayor participación local en la gestión de la reserva, cada vez con mayor voz y voto, al ser en definitiva los mejores conocedores del terreno.

Desde el Parque Natural El EstrechoEduardo Briones, biólogo y presidente de la Junta Rectora, nos contaba que es el parque más joven de los 24 que hay en toda Andalucía, región europea más protegida por la diversidad que contiene. Este parque recorre 60 km. de litoral, y la zona terrestre y marina se divide en una proporción muy equilibrada, es por tanto un parque de difícil gestión, porque la mitad de la zona no es tan fácil de gestionar y proteger, y es también uno de los más bellos por el paisaje de costa que abarca, con la isla de Tarifa, punto más austral de la península ibérica que, después de presidio y otros usos varios, comenzará pronto a ser de uso público. Otros enclaves emblemáticos de este parque son los flysch de Algeciras, la duna de Bolonia o la desembocadura del río Jara en la playa de Valdevaqueros, un importante lugar de descanso para las aves en su viaje migratorio. 

En 2023 han celebrado su veinte cumpleaños, y los motivos de la creación del parque fueron, entre otros: la tensión especulativa, la desordenada instalación de aerogeneradores, la ordenación de la pesca marítima o la afluencia creciente de turismo masivo. 

Ana Villaescusa, bióloga, divulgadora científica y presidenta de la Junta Rectora del Parque Natural de los Alcornocales, nos advirtió desde el principio de su gusto por los cuadernos de campo y por las plantas, y con estas imágenes fuimos explorando el parque a lo largo de su exposición. Esta bióloga, que dice debería haber sido botánica por su pasión incontrolable por las plantas, es también una gran convencida de la difusión de este proyecto intercontinental, y nos mostró algunas de las iniciativas de difusión de la RBIM, una de ellas la tenemos en la biblioteca, el libro-juego Mozafir, una fantástica aventura para niños y mayores para dar a conocer esta reserva jugando. 

Este parque natural nace en 1989, y sólo el 25 % de la superficie es suelo público. Se trata de uno de los alcornocales más extensos y mejor conservados del mundo. Los vientos de Levante se quedan enganchados en el parque y por eso tiene ese verde, continuamente cubierto de musgo y líquenes, y  cuenta además con gran cantidad de helechos y laurisilva, además de plantas carnívoras, orquídeas salvajes y acebuches favorecidos por los suelos arcillosos. El aprovechamiento principal es la extracción de corcho, aunque también cinegético y de turismo. Además, en los más de cien abrigos y cuevas se encuentra arte rupestre, un patrimonio cultural que favorece su uso turístico.

En común, los tres expertos, pusieron sobre la mesa los desafíos de esta reserva natural, con temas que preocupaban tanto en Cádiz como en el norte de Marruecos, relacionados fundamentalmente con la gran presión humana: cambio climático, incendios, urbanización, caza, polución, turismo descontrolado, pastoreo poco organizado, o la repoblación de las especies autóctonas, eran temas que preocupaban a los responsables de los parques de ambas orillas.  

Y salieron bonitas iniciativas relacionadas con cuadernos de campo, ilustraciones y ediciones de libros divulgativos, o excursiones locales para disfrutar y sensibilizar sobre este importante patrimonio natural compartido, que esperamos poder desarrollar el próximo año, en ambos lados del Estrecho, andando o en bicicleta. 

miércoles, 31 de mayo de 2023

Gustavo Martín Garzo, entre ficción y realidad

«Creo en esa patria imaginaria que es la infancia.»
Gustavo Martín Garzo, Tetuán, 30 de mayo de 2023.

La pasada tarde del 30 de mayo, el tan premiado escritor Gustavo Martín Marzo nos dejó sin palabras en el Instituto Cervantes de Tetuán, para contarnos lo que significa para él la literatura, dónde comienza su pasión y, sobre todo, con qué influencias literarias. Todo ello de la mano de Rosa Ramón, bibliotecaria y especialista en programas de fomento de la lectura, de la Biblioteca Pública del Estado de Ceuta. 

Este prolífico escritor hizo acopio de todas las palabras disponibles en la sala para perderse en su oratoria, para invitarnos a perdernos en la escucha, porque para Gustavo Martín Garzo hay que saber perderse, y eso es lo que pasa en cada libro que abrimos: una invitación a perderse en el vasto campo de lo desconocido. El buen lector busca aventurarse, conocerse, y cuando un libro nos interesa es porque sentimos que habla de nosotros mismos, despertando algo que hasta ahora estaba dormido. La literatura, para él, tiene que ver con el deseo de conocimiento, y como el País de Nunca Jamás, el libro te encuentra a ti, no hay que ir en su búsqueda. El tesoro en un cuento o en una buena historia, es aquello que tiene el poder de dar sentido a tu vida. Y con esta referencia nos presentaba su último libro publicado en Siruela: El país de los niños perdidos, una época dorada de la infancia a la que no se vuelve, quedándose en algún lugar remoto al que ya, desgraciadamente, no se puede volver.

Rosa Ramón y Gustavo Martín Garzo en el Instituto Cervantes de Tetuán.

Una historia tras otra, enlazando anécdotas y reflexiones de forma apasionada, Gustavo Martín Garzo nos desveló su gran libro, su eterna referencia, su influencia literaria de la más tierna infancia: Las mil y una noches. A través de dos fantásticas historias contenidas en estas mil y una historias, una caracterizada por la búsqueda del deseo, la búsqueda e insatisfacción continua; y la otra, por el hechizo y la luz del amor tan presente en nuestras vidas, nos resumió lo que era para él la literatura: la búsqueda de aquello que nos falta y la luz de la pasión que desprende el hechizo del amor. Y basado en este libro, se encuentra uno de los libros que siempre ha querido escribir, y que pudo ver la luz hace muy poquito, el año pasado: El árbol de los sueños, una sucesión de historias concatenadas que al autor le iban llegando mientras iba escribiendo, como él dice, sin plano pero con brújula, y uno de los libros que más tiempo le ha costado escribir. 

Otra referencia que tiene muy presente a la hora de escribir es su infancia, los lugares conocidos, sus orígenes conforman, como no podría ser de otra manera, su imaginario, por eso muchos de sus libros dialogan con esa España rural que bien conoce, y en la que pasaba sus veranos, asegurando que es precisamente de allí de donde vienen las historias, es en la naturaleza, a modo de su amigo y vecino Miguel Delibes, donde descubre el equilibrio perfecto entre fantasía y realidad que necesita para escribir, y también para vivir. El mundo de la fantasía o la imaginación permite explicar realidades que la razón separa, y la realidad necesita de la fantasía para hacerse deseable. 

Y de esta España rural destacó su novela, El pequeño heredero, una historia que es la suya propia, la fascinación de un niño pequeño por una muchacha más mayor, un lenguaje propio compartido, único y maravilloso. Aunque el lenguaje que a este escritor le tiene fascinado es el cinematográfico, y esa pasión, junto a las historias que él mismo ha querido contar han conformado su última novela, El último atardecer

Y finalizamos echando un vistazo al revisionismo actual de la literatura infantil, donde Gustavo se preguntaba qué sería de los cuentos sin lobos, ogros o brujas, qué pasaría en consecuencia con los sustos, las risas e incluso el sexo, sin todos esos ingredientes presentes en los cuentos infantiles que nos conforman como personas, que nos preparan para la vida, con historias complejas, con personajes heridos y con contradicciones inherentes a la propia existencia humana... 

Escogemos la siguiente frase para terminar esta noticia: «Un cuento es una casita de palabras, un refugio a media noche». Os invitamos a pernoctar en ese refugio, en cualquiera de los refugios que nos propone Gustavo Martín Garzo y que os ofrecemos desde la biblioteca, para satisfacer las necesidades de amor y de deseo que el autor sabe que encontramos en la literatura. ¡Empieza la aventura!

martes, 23 de mayo de 2023

Celebramos el Día Internacional de la Convivencia en Paz

La tarde del lunes 22 de mayo nos reunimos en el Instituto Cervantes de Tetuán por la paz y la noviolencia, para celebrar el Día Internacional de la Convivencia en Paz, de la mano de dos activistas: Ahmed El Farrek, profesor y jefe del Departamento de Filosofía de la Facultad de Teología de la Universidad Abdelmalek Essaadi de Tetuán; y Moisés Mato López, dramaturgo y escritor, creador del Teatro de la Escucha, metodología teatral que combina el teatro con el activismo social, la política, la educación y la noviolencia. El público que nos acompañó esa mágica tarde, numeroso, curioso e involucrado, consiguió crear la atmósfera idónea para discutir y reflexionar sobre estos grandes temas, tan importantes en nuestra sociedad actual. 

Comienzo de la actividad con los invitados y la muestra de libros para presentar. 

Abrió el acto el director del Instituto Cervantes, Francisco Oda-Ángel presentando a ambos escritores y activistas por la paz, para pasarle después la palabra a Ahmed El Farrak, que presentaba su libro La vía de la noviolencia en el islam, y a quien traducía al español nuestra compañera Houda Laghrich. El Sr. El Farrek dejó los papeles y discursos a un lado para comenzar su charla con una convicción: Todos los profetas de todas las religiones incitan a la noviolencia. Aunque por supuesto, este profesor doctor es consciente de las atrocidades cometidas por el ser humano, sabe también que estos actos van en contra del mensaje divino presente en todas las religiones. Y apuesta por sacar la violencia que llevamos dentro: «la noviolencia es un camino que hay que trabajar». ¿Cómo conseguir esto? Haciendo la paz de una forma activa, primero con nosotros mismos, nuestros egocentrismos, egoísmos... y después con todo lo que nos rodea, familia, amigos, animales, naturaleza... un acto del día a día, y de todos los días. En su libro, destaca los conceptos de la noviolencia presentes en el islam, a través de los textos sagrados.  

Para el profesor El Farrek todos nosotros podemos ser capaces de actos violentos o no violentos, la educación por la noviolencia hace la diferencia. El mensaje de la noviolencia es convivir con los demás desde la diferencia, estar en la escucha. Y ese mensaje lo encontramos en las religiones, aunque camuflado muchas veces por intereses políticos. Concluía su charla con dos conceptos fundamentales de lo que es para este especialista la religión: amor a Dios y amor entre nosotros. 


De izquierda a derecha: Francisco Oda-Ángel, Moisés Mato, Ahmed El Farrek y Houda Laghrich.

Moisés cogió el micrófono, silencio en la sala, para este invitado no utilizamos intérprete, no lo necesita. Su bagaje en el teatro se percibe en cada movimiento, su activismo se siente. Sin preguntar, pero directamente para escépticos, comenzó su charla con los fundamentos históricos en los que se basa el movimiento de la noviolencia, con muchos siglos a sus espaldas, y de los que se han hecho eco todas las religiones, como comentaba el profesor El Farrek, y con ejemplos más claros y conocidos a partir de Mahatma Gandhi, o su amigo Abdul Ghaffar Khan, dictaduras derrocadas, mujeres organizadas, oprimidos valientes, desfavorecidos sin nada que perder; historias ocurridas en Liberia, Dinamarca, EEUU o Pakistán. Grandes ejemplos menos conocidos de la historia, aunque igual de verídicos que la IIGM. Todos estos hechos y muchos más nos los cuenta en su libro: El camino de la noviolencia: Filosofía y práctica. Razones y experiencias. Amor y política.  

Moisés asegura con firmeza que la noviolencia es la experiencia que ha demostrado la historia de cambiar la historia sin ocasionar un mal mayor. Y su definición: la capacidad que tienen todos los seres humanos para cambiar la realidad con amor y verdad, instrumentos, que a diferencia de armas o planes estratégicos, todos los individuos tenemos dentro de nosotros. Los medios están en los fines como el árbol en la semilla, en potencia. Y finalizó con una frase que merece la pena recordar: Lo contrario del amor no es el odio, es el miedo. El miedo nos separa, y es lo que utilizan las dictaduras para controlar a la población, pero hay otras muchas cosas que nos unen, y el poder, finalmente, reside en las personas, ¡asociémonos! 

Si el tema os ha resultado de interés, que lo es, os recomendamos consultar los libros de la colección Noviolencia en la biblioteca, y ver la conferencia íntegra en nuestro canal de Youtube.