martes, 29 de marzo de 2022

Club de lectura: La hija de la española, de Karina Sainz

Karina Sainz durante el club de lectura.
El pasado sábado 26 de marzo, la escritora Karina Sainz nos regaló una maravillosa tarde de tertulia literaria, con gran generosidad y mucho entusiasmo por la emoción con la que acoge esta escritora los encuentros con los lectores. Cincuenta asistentes disfrutamos de escuchar y conversar con Karina, tan atentos y absortos que se nos pasaron de largo las dos horas convenidas para hablar de su primera novela, La hija de la española, en el primer club de lectura del programa «4 Lecturas 4 Continentes» de este año dedicado a la memoria.

Las novelas de Karina Sainz tienen mucho de periodismo, es desde esta óptica desde la que mira al mundo y, la prensa escrita,  las letras que la han acompañado desde la infancia. Después, quedó deslumbrada por la literatura española del s. XX, y fueron estos autores los que la impulsaron a escribir con la fuerza que tienen hoy sus novelas. Para ella no existe el mundo sin la lectura, la arrogancia nace de las personas que no leen, que no conocen, que no quieren acercarse al otro. Para esta escritora, una persona que no lee, ya está muerta. Y así lo demuestra tanto en su primera novela como en la segunda, que nos permitió sacar a colación el artículo de ese mismo sábado por la mañana en la revista Babelia, y que define muy bien lo que nos cuenta: «‘El tercer país’, de Karina Sainz Borgo: Peligro, autor con biblioteca.» 

Karina Sainz se afinca en España en 2006, en un viaje que hizo de forma inversa al que realizaron sus abuelos, exiliados republicanos, al emigrar de España a Venezuela mucho años antes. España fue, desde entonces, un tema tabú en casa, como lo fue para ella durante mucho tiempo Venezuela. Se fue de su país muy joven y muy herida, y este libro, que no cuenta su historia personal pero sí emocional, ha visto la luz cuando cree haber curado, de alguna manera, esas heridas que produce la emigración forzada, el destierro y la nostalgia. Una nostalgia definida como movimiento, acción, todo aquello que estamos dispuesto a hacer por recuperar aquello que quisimos tanto.

De la nostalgia pasamos a hablar de la memoria, un tema consciente en el s. XX, por tener muchos más elementos que antes para saber lo que se escribe. Para la autora, la memoria nos previene de incurrir en frivolidades, y de la frivolidad a la violencia hay un paso. Con admiración mencionó a otros autores latinoamericanos como Juan Gabriel Vásquez o Iwasaki, y la relación de estos autores con la memoria, una relación lúcida y civilizada. Ella, Karina, sin embargo, no consigue todavía esa relación, aún se emociona, y es por esta circunstancia que se siente más cercana a la literatura española. 

Los lectores destacaron el desarraigo y la ansiedad en la lectura, el dolor y la valentía, y alguno incluso dudaba sobre cuáles eran las partes de realidad y cuáles las de ficción, incapaces de creer las atrocidades, bien conocidas por los que allí estuvieron, que ocurren como hechos reales en la novela. Varias lectoras colombianas se sintieron apeladas, recordando la emigración venezolana de los años relatados en el libro. Una democracia y un país tan fuerte, Venezuela, receptora hasta no hace tanto de emigración, y que no pudo impedir el naufragio, ¿puede volver a pasar en otros países latinoamericanos? Una lectora turca sintió muy cerca también la historia narrada en el libro, y la fragilidad de la democracia, a miles de kilómetros. Karina cree que esa fragilidad puede encontrarse en cualquier país a día de hoy, aunque, con optimismo, espera que contarlo sirva también para paliarlo.

Ángel Hernando, moderador del club de lectura,
en el encuentro del sábado 26 de marzo.
Muy comentado también, como no podía ser de otra manera, fue el final del libro. Desde Tetuán les parecía muy cruel ese final, en Granada habrían escogido otro, y Karina confesaba que, de cualquier manera, el objetivo estaba conseguido: poner nervioso al lector en muchas de las situaciones por las que pasa la protagonista. 

Junto a otras decenas de referencias literarias que nos regaló la autora durante la tertulia, Karina Sainz nos desveló una interesante teoría sobre la literatura de mujeres latinoamericanas post boom, su contribución a contar y a denunciar la política desde el ámbito doméstico: Isabel Allende, Laura Esquivel, Ángeles Mastretta, Mariana Enríquez, Fernanda Melchor y Elena Poniatowska. Y con estas autoras, con ganas de leerlas a todas, así como de disfrutar del último libro de Karina Sainz, El tercer país, nos quedamos, con una sonrisa tan grande como la que nos regala esta periodista y escritora, compartiendo su tiempo, con una energía y una vibración que llegaron, lo sabemos, a los cuatro continentes.


lunes, 7 de marzo de 2022

Club de lectura: La España vacía, de Sergio del Molino

Sergio del Molino durante el club.
El pasado jueves 3 de marzo inauguramos club de lectura de este nuevo año con el gran escritor y periodista, Sergio del Molino. Un escritor exigente y profesional, como él mismo se declaró, que se entrega a la tarea de escribir tanto novela, como ensayo o artículo periodístico, con dedicación y oficio. Sin romanticismos ni veleidades. Todos los géneros le gustan y cambia de registro con facilidad, pero tiene claro que “escribir una columna es vociferar en una esquina de la calle y escribir una novela es susurrar en la cama”. Lo que pudimos comprobar esa tarde es que es igual de bueno como orador que como escritor.

Dedicábamos el club a un libro de gran impacto, que le lanzó a la palestra, La España vacía (2016), sobre él tuvimos ocasión de hablar largo y tendido. Repasamos con el autor el germen mismo de la idea de escribirlo, en la historia de su abuelo José Molina, al que dedicaba gran parte de su novela Lo que a nadie le importa (2014), que fue quién le incito a conocer ese mundo rural que compone el imaginario de los españoles del Gran Trauma.

Hablamos sobre el tema central, la existencia y características de esa España vacía y abandonada, sobre la evolución del concepto hasta hoy y la apropiación que de él han hecho movimientos y partidos políticos creados para ello, hechos que a su juicio pueden comprometer la independencia de los movimientos sociales y someterlos a cierta simplificación. Y otras ideas secundarias pero ampliamente desarrolladas en el libro como la teoría del aburrimiento, avalada por estudios psicológicos sobre el aislamiento y la privación sensorial, los relatos del libro de los neorrurales, una visión negra del mundo rural que sorprendió a muchos lectores. 

Comentamos también lo ocurrido entre La España vacía y Contra la España vacía, publicada en 2021. Como idea central defendió un “patriotismo constitucional” que acogiera el concepto “España vacía” para convertirlo en asunto nacional, de todos. En la introducción del libro Contra la España vacía, seis años después de La España vacía, Sergio habla del objetivo que le impulsó a escribir el primer libro, la unidad de la población frente a los diferentes nacionalismos que estaban dividiendo a la sociedad. Una unidad que se puede conseguir a partir de leyendas e hitos comunes, como es esa España rural de la que proviene gran parte de la población española, y que refleja ese éxodo rural, “el Gran Trauma” tan bien contando en la primera parte del libro. Frente a la diversidad cultural y lingüística que pueda tener cualquier país, también encontramos esos mitos e historias comunes que fortalecen y unen, aunque a veces son precisamente los episodios más desagradables y oscuros, los que más unan. En este punto recordamos a Ucrania, y a todo un pueblo luchando unido por un objetivo común, y contra un enemigo común.

Hoy, que ya no somos los viajeros descubridores del siglo XIX, cuando no queda nada por descubrir y el mundo es hartamente conocido, tenemos el deber de reflexionar, de “mirar y repensar, porque el redescubrimiento tiene más valor que el descubrimiento”.  Y a ello nos invita el autor en La España vacía al igual que en el resto de su obra. Así como a establecer un juicio, subjetivo por supuesto, sobre lo que representa, a componer un relato sobre ella e impulsar a que sus propios habitantes lo compongan también. Sergio del Molino dejó muy clara la importancia del relato. En la segunda parte del libro nos cuenta las diferentes formas de dar a conocer España a través, por ejemplo, del pueblo de Las Hurdes, en Extremadura, que Buñuel quería denunciar en su película, o de los textos de Legandre, y nos invita sobre todo a preguntarnos quién cuenta las cosas, ¿nos contamos o nos cuentan? Desde ambos puntos de vista hay una subjetividad que oscila entre el interés y la condescendencia. Para él no es nada fácil contar la vida de otros, por eso nunca ha querido ser periodista de sucesos, porque es muy difícil contar sin usurpar.

Las referencias literarias y cinematográficas son constantes en su obra, y durante el encuentro nos las recordó de nuevo, incidiendo en figuras imprescindibles como Miguel Delibes o Azorín, cuya lectura recomendó especialmente. Así como “hacer patria desde la suela de los zapatos con la vista restregada en frescor de verduras” como decía Unamuno. Su nuevo libro, Atlas sentimental de la España vacía (2021), es una invitación a descubrir esos mares de llanuras, con historias más íntimas, donde va hilando historias personales con lugares que va visitando.

Nuestro autor se mostró encantado con la idea de venir a presentarnos “en vivo y en directo” alguna de sus obras próximamente en Tetuán, porque colgarse la mochila y salir de viaje es una de sus actividades favoritas. Mientras tanto, le seguiremos incondicionalmente, porque sus referencias, reflexiones y anécdotas, merecen más de una lectura.

Algunos de los lectores en el club de lectura del jueves 3 de marzo.