martes, 30 de mayo de 2017

Descubriendo a Ángel de la Calle y su libro sobre Tina Modotti


El pasado viernes 12 de mayo nos visitó Ángel de la Calle, invitado especial del 11 Forum Internacional del Cómic de Tetuán, uno de los historietistas más comprometidos y reconocidos del panorama del cómic español, a raíz de la novela gráfica Tina Modotti, una mujer del s. XX (Sins entido, 2005) donde retrata la explosión cultural de los años 20 y 30 desde la mirada de una mujer muy especial...

Portada del libro Tina Modotti, una
mujer del s. XX.
“Cuando quiero recordar a Tina Modotti debo hacer un esfuerzo, como si se tratara de recoger un puñado de niebla. Frágil, casi invisible. ¿La conocí o no la conocí?” dijo Pablo Neruda, según cita Ángel de la Calle (Salamanca, 1958). Yo, personalmente, creo que sí la conocí y la oí hablar, y la observé amar, y la escuché dudar… tras haber saboreado y devorado la obra de este gran artista ilustrador. Se trata de una obra editada por Sins entido por primera vez en 2003, y de nuevo en 2005, 2007, 2009 así como en 2011 de forma ampliada, con el título Modotti. Una mujer del siglo XX.

Y además de conocer a esta fotógrafa comprometida, el cómic me ha permitido acercarme un poco a Ángel de la Calle y a Paco Ignacio Taibo II, Personajes con mayúscula de carne y hueso de este mundo; y personajes en blanco y negro de esta novela gráfica. Dos de tantos en la lista en que el autor nos va presentando a muchos y muchas grandes: Alexandra Kollontai, Ezra Pound, Frida Kahlo, David Siqueiros, Diego Rivera, Edward Weston, Katherin Ann Porter, Julio Antonio Mella, Elena Poniatowska, Xavier Guerrero, Blanca Brum, Walter Gropius, Kathe Kollowitz,  Vasili Kandinsky, Anita Brener, Robert Capa, Gerda Taro, John Condax, Isabel Carvajal,

Pero la estrella de todas estas viñetas es Tina Modotti y Ángel de la Calle, habla de ella, y le deja hablar: “Llegué a San Francisco, vía Nueva York, en 1913. Parte de mi familia ya vivía allí. Veníamos de Udine, huyendo de la miseria. Mi padre era socialista de corazón y reparador de maquinaria de profesión. América era nuestra esperanza”. El autor y sus trazos van recorriendo los episodios más sobresalientes de la vida de la artista, su paso de la cámara fotográfica a la pluma… Y a su vez, recorre páginas de calendario de una mitad de siglo que tiene muchos frentes abiertos, estalinismo, revoluciones, la Italia fascista, anarquismo, un México que expulsa y que acoge, la Guerra Civil española… y muchas esperanzas y utopías dispersas, aparentemente difíciles de acompasar para que salgan victoriosas.

Ángel de la Calle en la Biblioteca Vicente
Aleixandre con su última novela.
Ángel de la Calle nos lleva por geografías varias y dispares: Asturias, México, la antigua Unión Soviética, Nueva York, Holanda, Andalucía, Berlín, París, toda una Europa revuelta de la década de los treinta del siglo pasado, etc. Podemos pasear por todos esos territorios agarrados de la mano no solo de este guionista e ilustrador con noticias de su propia biografía salpicando las viñetas, sino de la mano de la fotógrafa, leyendo sus cartas, viendo las fotografías que realizó y que reproduce el ilustrador con trazo firme, y llorando sus lágrimas. También nos permite el autor pasear por una vasta geografía literaria: Maria Teresa León, Vladimir Maiakovski, la Semana Negra de Gijón, César Vallejo y algunos y algunas más.

Ángel de la Calle no solo nos presenta a Tina Modotti (Udine, Italia, 1896 – México, 1942) sino que le hace reverencias ofreciéndonos esta enciclopedia sobre su vida donde cada entrada sería una ventana que nos invita a asomarnos y a seguir buscándola. Y también y a pesar del blanco y negro de cada página, nos introduce en un multicolor siglo pasado con mil avatares e historias que lejos de estar cerradas u olvidadas, el guionista e ilustrador nos obliga a recordar para volver a soñar con aquello que queríamos y nadie puede evitar que sigamos queriendo…

Más de doscientas cincuenta páginas con mucho peso y voz firme, y unos anexos que lejos de cerrar la obra a pesar de que están situados en su parte final, nos abren a un horizonte amplio y prometedor. Modotti, una mujer del siglo XX consiguió el Premio de la Crítica en 2005 y fue nominado como mejor obra en el Salón del Cómic de Barcelona también de ese mismo año ¡Te damos las gracias, Ángel! Y te queremos pedir que sigas emocionándote, investigando, escribiendo y dibujando para todos los lectores y lectoras que te admiramos. ¡Feliz travesía! ¿Nos dejas subir a bordo?

martes, 2 de mayo de 2017

El mito de Don Juan o el complejo del donjuanismo


La tarde del 24 de abril, en conmemoración del Día del Libro, entre rosas y flores rendimos homenaje en el Instituto Cervantes de Tetuán a José Zorrilla, en el bicentenario de su nacimiento, representando y comentando con la actuación de Javier Tárraga, su obra más conocida: Don Juan Tenorio. La función empezó con el mismo poema con el que después terminaría:

Javier Tárraga en plena acción, bululú de Don Juan Tenorio.
No me contéis más cuentos, que vengo de muy lejos y sé todos los cuentos.
No me contéis más cuentos. Contad y recontadme este sueño. (...)

León Felipe, No me contéis más cuentos.


Javier nos recordó que dependemos de los mitos y de las historias desde nuestra más tierna infancia, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos somos productores y devoradores de mitos que representan una forma de conciencia cultural. El mito que nos ocupa hoy es la masculinidad exacerbada, el mito del donjuanismo que muchos llevan todavía a gala, como si fuera más un arte que un complejo.

Y el recorrido literario de Don Juan nos invita a creer que el hombre vale más que una mujer, que es él el que debe de ejercer el poder y el control, que la vulnerabilidad de los sentimientos y las emociones son signos femeninos, y tiende a evitarlo, y que un hombre que pide ayuda demuestra incompetencia, ¿quizás de ahí el tópico de que los hombres no quieran nunca preguntar por una calle o una referencia? La irracionalidad del hombre es la forma superior de inteligencia, el éxito masculino en las relaciones está asociado a la subordinación de la mujer, el ejercicio de la sexualidad es el principal medio para pasar la masculinidad, sin embargo, la sensualidad es femenina. El éxito del hombre en el trabajo es un indicador de masculinidad, y la estima de un hombre se basa en sus éxitos y logros profesionales. En contrapartida, la virtud de la mujer radica en su recato y obediencia. La mujer sin virtud se convierte en una obsesión en España ¿Liturgia, doctrina religiosa? Javier nos lanzaba estas preguntas junto con algunos datos previa representación de la obra teatralizada. 

Nos introdujo así Don Javier a la figura de Don Juan hablándonos de su antecedente primero en El burlador de Sevilla y convidado de piedra de Tirso de Molina de 1632, condenado y sin salvación posible. El Don Juan de Zorrilla, escrito en seis semanas, todo un récord, aparece en 1844, 10 años después del dogma de la Inmaculada Concepción. Y poco antes del Fausto de Cristopher Marlow, en 1582, que busca el poder absoluto y la sabiduría, y al final, también se condena. El Fausto de Goethe, 20 años antes del Don Juan de Zorrilla, se salva por el amor de Margarita. Y a partir de estos autores, son mucho más los que atraídos por el tema del Don Juan lo han utilizado en sus textos: Lord Byron, Albert Camus, Valle-Inclán, Saramago, Molière, Américo Castro, Mozart...

Con bellísimos extractos de la ópera de Mozart, Don Giovanni, comenzó Javier Tárraga la teatralización del Don Juan de Zorrilla, mezclando ópera, bululú, guiñoles, tradición oral, anécdotas, chistes y un lenguaje actual junto con el verso de la obra original. En la sala, diferentes apuntadores de todas las edades le introducían a los textos, y la comicidad y la originalidad del espectáculo merecieron grandes aplausos, una preciosa manera para todos de conocer esta gran obra y homenajear a su autor, José Zorrilla.

(...) Quiero verme en el viento, quiero verme en el viento, quiero verme en el viento, quiero verme en el viento,
quiero... ¡quiero!... sueño... ¡sueño! Soy gusano que sueña... y sueño verme un día volando en el viento
.

León Felipe, No me contéis más cuentos.