martes, 2 de mayo de 2017

El mito de Don Juan o el complejo del donjuanismo


La tarde del 24 de abril, en conmemoración del Día del Libro, entre rosas y flores rendimos homenaje en el Instituto Cervantes de Tetuán a José Zorrilla, en el bicentenario de su nacimiento, representando y comentando con la actuación de Javier Tárraga, su obra más conocida: Don Juan Tenorio. La función empezó con el mismo poema con el que después terminaría:

Javier Tárraga en plena acción, bululú de Don Juan Tenorio.
No me contéis más cuentos, que vengo de muy lejos y sé todos los cuentos.
No me contéis más cuentos. Contad y recontadme este sueño. (...)

León Felipe, No me contéis más cuentos.


Javier nos recordó que dependemos de los mitos y de las historias desde nuestra más tierna infancia, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos somos productores y devoradores de mitos que representan una forma de conciencia cultural. El mito que nos ocupa hoy es la masculinidad exacerbada, el mito del donjuanismo que muchos llevan todavía a gala, como si fuera más un arte que un complejo.

Y el recorrido literario de Don Juan nos invita a creer que el hombre vale más que una mujer, que es él el que debe de ejercer el poder y el control, que la vulnerabilidad de los sentimientos y las emociones son signos femeninos, y tiende a evitarlo, y que un hombre que pide ayuda demuestra incompetencia, ¿quizás de ahí el tópico de que los hombres no quieran nunca preguntar por una calle o una referencia? La irracionalidad del hombre es la forma superior de inteligencia, el éxito masculino en las relaciones está asociado a la subordinación de la mujer, el ejercicio de la sexualidad es el principal medio para pasar la masculinidad, sin embargo, la sensualidad es femenina. El éxito del hombre en el trabajo es un indicador de masculinidad, y la estima de un hombre se basa en sus éxitos y logros profesionales. En contrapartida, la virtud de la mujer radica en su recato y obediencia. La mujer sin virtud se convierte en una obsesión en España ¿Liturgia, doctrina religiosa? Javier nos lanzaba estas preguntas junto con algunos datos previa representación de la obra teatralizada. 

Nos introdujo así Don Javier a la figura de Don Juan hablándonos de su antecedente primero en El burlador de Sevilla y convidado de piedra de Tirso de Molina de 1632, condenado y sin salvación posible. El Don Juan de Zorrilla, escrito en seis semanas, todo un récord, aparece en 1844, 10 años después del dogma de la Inmaculada Concepción. Y poco antes del Fausto de Cristopher Marlow, en 1582, que busca el poder absoluto y la sabiduría, y al final, también se condena. El Fausto de Goethe, 20 años antes del Don Juan de Zorrilla, se salva por el amor de Margarita. Y a partir de estos autores, son mucho más los que atraídos por el tema del Don Juan lo han utilizado en sus textos: Lord Byron, Albert Camus, Valle-Inclán, Saramago, Molière, Américo Castro, Mozart...

Con bellísimos extractos de la ópera de Mozart, Don Giovanni, comenzó Javier Tárraga la teatralización del Don Juan de Zorrilla, mezclando ópera, bululú, guiñoles, tradición oral, anécdotas, chistes y un lenguaje actual junto con el verso de la obra original. En la sala, diferentes apuntadores de todas las edades le introducían a los textos, y la comicidad y la originalidad del espectáculo merecieron grandes aplausos, una preciosa manera para todos de conocer esta gran obra y homenajear a su autor, José Zorrilla.

(...) Quiero verme en el viento, quiero verme en el viento, quiero verme en el viento, quiero verme en el viento,
quiero... ¡quiero!... sueño... ¡sueño! Soy gusano que sueña... y sueño verme un día volando en el viento
.

León Felipe, No me contéis más cuentos.

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