martes, 19 de diciembre de 2017

De la esclavitud africana y sus consecuencias


María Dolores González-Ripoll consultando
la sección local de la biblioteca.
La pasada y fría tarde del jueves 7 de diciembre tuvimos el placer de escuchar a María Dolores González-Ripoll Navarro y todo lo que esta gran investigadora quiso compartir acerca de la esclavitud, la libertad, el orden... y en definitiva los derechos de los hombres y de las mujeres. Una conferencia reveladora sobre los puntos claves del mercado negrero que durante años ha dado enormes beneficios a poderosas  industrias, algunas todavía en funcionamiento.

Mª Dolores nos presentó a José Rufino Parra, uno de tantos esclavos de tantas haciendas de producción azucarera del s. XIX, con una pequeña peculiaridad, Rufino Parra aparece en varios expedientes encontrados en Cuba y Puerto Rico durante la época del Caribe español del s. XIX. Este esclavo se vio inmerso en una lucha judicial y administrativa que duró más de veinte años por cometer una de las mayores transgresiones posibles, además de ser inteligente y saber leer y escribir o tener gran ingenio: dejarse seducir por la hija de su dueño, Rafael de Zayas, dejándola finalmente embarazada. Y aparece este valiente esclavo en estos documentos porque, con la ayuda de su madre y su hermana, hace valer sus derechos a través de la figura del procurador, pues parece que aún siendo esclavos también tenían derechos, y uno de ellos era que el dueño tenía que mantenerles alimentados y vestidos adecuadamente, y el maltrato estaba prohibido.

Estos esclavos, José Rufino o cualquier otro, venían de África, había numerosos depósitos de esclavos en toda la costa atlántica africana y Barcelona fue la ciudad que centró gran parte del comercio esclavista del s. XIX, siendo los destinos mayoritarios: Brasil, el Caribe británico, el Caribe francés y el Caribe español. Las travesías en barco eran durísimas y muchos eran los que en ellas perecían, los cuerpos de los esclavos se acinaban de una forma concreta, aprovechando el espacio e intentando burlar a las autoridades e inspecciones de la época, pero provocando enfermedades, violentos episodios e innumerables casos de insurrecciones con sus correspondientes castigos. La alimentación esclava se basaba en arroz, chícharos, carne salada, harina cocida y habichuelas.

Se pasa de la mano de obra del indio al negro desde que Bartolomé de las Casas se alza en contra de la utilización de mano de obra india, aludiendo además a la debilidad de unos frente a la fortaleza de los otros, proclamándose así defensor de los indios pero partícipe de la esclavitud africana. El cambio drástico de una vida en libertad a un futuro de esclavitud producía una melancolía y tristezas que llevaba en muchas ocasiones al suicidio de muchas de estas personas. Algunos pensando además que tras su muerte volverían a África. Algunas fechas para orientarnos en torno a la abolición de la esclavitud y la liberación de los esclavos fueron las de 1807, fecha en al que Gran Bretaña pone fin a la trata negrera, o 1836, año en el que se libera a los esclavos desembarcados.

Y si ya conocemos a José Rufino Parra, y algunas características de la esclavitud africana en América ¿Qué sabemos de estas empresas negreras? ¿Quiénes eran estas personas que compraban, vendían y utilizaban a personas para el beneficio económico de sus negocios? ¿Han resarcido de alguna manera a la sociedad? Parece que no, más allá de conocer algunos nombres de familia, o los museos y las memorias que algunos países han rendido al tema. Una gran paradoja que sea en el s.XVIII, el siglo de la razón y la iluminación, cuando se dispara la trata de personas de esta brutal manera. Los científicos apoyaban la idea de que algunas razas se podían esclavizar, un racismo científico muy utilizado, y un concepto, "raza", hoy día suficientemente cuestionado para no seguir usándolo, pues parece que las diferencias entre unos y otros provienen más de factures culturales que de factores genéticos.

El público también intervino con preguntas y propuso cuestiones tan interesante como el por qué de la invisibilización de Haití a partir de la revolución rusa, el uso de la mano de obra negra a partir de la extinción indígena, la necesidad de obreros frente a esclavos ante la industrialización, las semejanzas entre la esclavitud y la emigración ilegal, o entre la esclavitud y el capitalismo del s. XXI, la situación actual de las generaciones descendientes de esclavos, más allá del caso concreto de Michelle Obama; y recordamos casos de ardiente actualidad como la venta de esclavos hoy día en Libia, o los haitianos sin tierra que cultivan la caña dominicana.

Durante toda la conferencia, Mº Dolores nos recomendó además otras muchas lecturas sobre este apasionante tema, que os facilitamos a continuación:
  • SAB, de Gertrudis Gómez de Avellaneda donde se relata el enamoramiento de un esclavo por la hija de su dueño
  • Francisco, el ingenio de las delicias, de Mario Carrera: un esclavo lector, que lee para los demás y compone versos a pesar de los límites de los castigos, y aconsejado por un criado, invoca a las autoridades argumentando maltrato.
  • Autobiografía del esclavo poeta y otros escritos, de Juan Francisco Manzano.
  • Viaje a La Habana, de la Condesa de Martín
  • The zong, de James Wallin, que narra la historia real de una travesía con sobrepeso a bordo del buque Zong, donde tiraron por la borda a casi 150 africanos entre hombres, mujeres y niños. 
  • Canciones de tu memoria negra, Gurumbé
  • Les routes de l'esclavage, álbum musical de Jordi Savall.
  • Sombras, de Oriol Canals. 
  • Y desde aquí, desde África, quiso terminar la charla recomendándonos un libro que a su juicio no podemos dejar de leer: Ébano, de Kapuszinski.

lunes, 4 de diciembre de 2017

Club de lectura: Mujer en punto cero, de Nawal El Saadawi


Último club de lectura del año que nos dejó un sabor agridulce con tintes amargos, aunque muy sabrosos, por el gran placer de leer y conocer a esta gran escritora egipcia que se expresa escribiendo porque, según comenta ella misma, bailando no la dejaron. Una mujer que dice bien alto que lo que menos le gusta es la hipocresía y las mentiras de este mundo en el que vivimos donde bajo correctas fórmulas se comenten barbaridades y la educación frena a la creatividad, que es esa crítica constructiva que tiene en consideración las opiniones diferentes. Una mujer feliz pese a todas las injusticias sufridas porque ya no sabe lo que es el miedo y sí la libertad:

Soy una persona feliz porque no creo en la muerte, la vida y la muerte es una sola, no tengo miedo a la muerte porque creo que tenemos miedo a la muerte desde niños, de ser pobres, de tener enfermedades, de ir a la cárcel... y después de pasar por la cárcel ya no tengo miedo. Tenemos miedo de lo desconocido, y eso es precisamente la creatividad: no tener miedo a lo desconocido.

Y así, pudimos leer, gracia a la biblioteca pública de Ceuta, la reedición de su novela de 1975, una nueva y exquisita traducción que nos conmovió a todos y nos hizo leer la obra rápidamente, pasándosela así a otros lectores, y pudiendo disfrutarla muchos ojos. Jesús se leyó el libro de un tirón, otra autora más a la que queda completamente enganchado y fascinado después de encontrar a Najat El Hachmi y a Fátima Mernissi en anteriores clubes de lectura,  al tratarse de una gran denuncia, nos guste o no, contada a gritos. En su opinión, desde el Estrecho de Gibraltar hacia abajo la situación de la mujer es una gran catástrofe, y aseguraba que peor era la situación en Marruecos que en Guinea Ecuatorial. Nos alertaba al contarnos que muchos universitarios, compañeros suyos, no sabían distinguir entre los términos: tradición, cultura y religión, términos que Nawal perfectamente distingue. 

Y así nos reunimos el 21 de noviembre en el Instituto Cervantes de Tetuán para comentar la obra en nuestro tradicional club de lectura, sumándonos a la celebración del Día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el 25 de noviembre. Hablamos de la violencia y de cómo esta no llama más que a más violencia, del feminismo y de su definición, una causa justa que estima legitimar los derechos de hombres y mujeres por igual. Algunos participantes destacaron la osadía de la autora por hablar de temas que son "lineas rojas", temas que no deberían hablarse ni comentarse, y nos hablaron del paralelismo que a simple vista pueden ver entre la autora y la protagonista, especialmente por haber sufrido ambas la mutilación de sus genitales, malos tratos, y sentirse prisioneras de su propia vida. No todos estábamos de acuerdo con esa comparación, más allá de los malos tratos y abusos que pudieron sufrir ambas, o tantas otras mujeres, y en algunos lugares más acusados que en otros. Y así una intrépida lectora nos contó como Egipto había abolido la ablación en 2007 en su nuevo Código Civil, pero que sin embargo, se seguía practicando.

Otros comentaron la importancia de discutir acerca de esas líneas rojas y que Nawal El Saadawi conocía el Islam, amén  de otras religiones, y como la autora toca todos los temas: las guerras entre las clases sociales, el patriarcado, y habla de la religión con conocimiento de causa.  Sobre lo que sí aparece y no aparece en la religión, también estuvimos hablando un rato, y agradecemos a Nissrin su clarividencia y explicaciones en torno al tema, que ampliamente conoce y le gusta además compartir. Abdou también creía que teníamos que hablar de líneas rojas, y que todo debiera ser susceptible de ser comentado, y para él el libro es una forma de expresar una disconformidad con una sociedad patriarcal, supersticiosa, ignorante y aprovechada. También añadió cómo muchas veces son las propias mujeres las que se frenan entre sí, y  desde su punto de vista, deberían de ser ellas las que empezaran a luchar por sus derechos. Y sacamos a colación una entrevista a la autora donde nos habla de su infancia y de la religión: http://bit.ly/1UDn5G9 

Pasamos de allá a acá para hablar también de la prostitución, a raíz de una de las frases del libro que hablaba de la libertad de las prostitutas frente a las mujeres casadas, a lo que Jesús añadió que sólo las esclavas están muchas veces peor que las mujeres casadas. Amal nos comentó que para ella la prostitución era el reflejo del malentendido continuo entre hombres y mujeres. Y otra lectora hizó una pregunta que a todos nos dejó pensando ¿hasta qué punto no nos hemos vendido todos alguna vez para conseguir algo? Ya no hablamos solamente de vender el cuerpo, una sonrisa, una caricia, un esfuerzo... y a este hilo sacamos un pequeño texto de otro libro de Nawal El Saadawi: La cara desnuda de la mujer árabe, lectura complementaria a la novela que estábamos leyendo, y muy recomendable.

Y sobre el final del libro, tranquilos de no hacer "spoiler" por empezar la novela sabiendo lo que va a suceder, hubo quien habló de la libertad que siente la protagonista al escoger el camino de la muerte, una libertad falsa, al ser la única opción que le queda, pues el mundo al que se enfrenta no le permite otra posibilidad, ojalá hubiera tenido alternativas. Una novela desgarradora, que induce a la reflexión y que animamos a todos los que no la hayáis a leído a hacerlo, de manera urgente, una obra imprescindible junto con otros títulos de esta maravillosa feminista y escritora comprometida con su tiempo.

Nissrin comparó el libro que estábamos discutiendo con un título de Najib Mahfoud, Principio y fin (1949).  Y destacamos otros autores influyentes en esta gran autora como Taha Housein, Emily Brontë o Jane Austin, después de su abuela, su madre y su padre, como ella misma comenta en una entrevista grabada.