Este martes 26 de septiembre celebramos en el Instituto Cervantes de Tetuán un coloquio para descubrir y dar a conocer la Reserva de la Biosfera Intercontinental del Mediterráneo, España - Marruecos, creado en 2006 por la UNESCO, una iniciativa presentada conjuntamente por ambos países. Inició y clausuró el acto el director del Instituto Cervantes, Francisco Oda-Ángel, que presentó a los tres conferenciantes y expertos, emplazándoles a volver pronto, con magníficas iniciativas que fueron surgiendo durante la charla. ¡Pasen y lean!
De izquierda a derecha: Eduardo Briones, Ana Villaescusa, Mchich Derak y Francisco Oda-Ángel. |
Las principales actividades de este espacio protegido en la orilla marroquí son los productos locales (como la miel, el queso o el aceite de oliva), la pesca, la agricultura, el aprovechamiento forestal (maderas, plantas naturales...), o la caza y el turismo. Y los peligros: los incendios y la erosión. Derak nos contó diferentes proyectos clave ejecutados sobre la reserva en el marco de RBIM, como la reinserción del ciervo de Bérberie, la construcción de un centro de rehabilitación del buitre en Jbel Moussa, o el apoyo a las cooperativas locales; así como las oportunidades de desarrollo local con la puesta en valor de la etiqueta de denominación de origen para esos productos locales elaborados o producidos en esta zona. Apuestan además por una mayor participación local en la gestión de la reserva, cada vez con mayor voz y voto, al ser en definitiva los mejores conocedores del terreno.
Desde el Parque Natural El Estrecho, Eduardo Briones, biólogo y presidente de la Junta Rectora, nos contaba que es el parque más joven de los 24 que hay en toda Andalucía, región europea más protegida por la diversidad que contiene. Este parque recorre 60 km. de litoral, y la zona terrestre y marina se divide en una proporción muy equilibrada, es por tanto un parque de difícil gestión, porque la mitad de la zona no es tan fácil de gestionar y proteger, y es también uno de los más bellos por el paisaje de costa que abarca, con la isla de Tarifa, punto más austral de la península ibérica que, después de presidio y otros usos varios, comenzará pronto a ser de uso público. Otros enclaves emblemáticos de este parque son los flysch de Algeciras, la duna de Bolonia o la desembocadura del río Jara en la playa de Valdevaqueros, un importante lugar de descanso para las aves en su viaje migratorio.
En 2023 han celebrado su veinte cumpleaños, y los motivos de la creación del parque fueron, entre otros: la tensión especulativa, la desordenada instalación de aerogeneradores, la ordenación de la pesca marítima o la afluencia creciente de turismo masivo.
Ana Villaescusa, bióloga, divulgadora científica y presidenta de la Junta Rectora del Parque Natural de los Alcornocales, nos advirtió desde el principio de su gusto por los cuadernos de campo y por las plantas, y con estas imágenes fuimos explorando el parque a lo largo de su exposición. Esta bióloga, que dice debería haber sido botánica por su pasión incontrolable por las plantas, es también una gran convencida de la difusión de este proyecto intercontinental, y nos mostró algunas de las iniciativas de difusión de la RBIM, una de ellas la tenemos en la biblioteca, el libro-juego Mozafir, una fantástica aventura para niños y mayores para dar a conocer esta reserva jugando.
Este parque natural nace en 1989, y sólo el 25 % de la superficie es suelo público. Se trata de uno de los alcornocales más extensos y mejor conservados del mundo. Los vientos de Levante se quedan enganchados en el parque y por eso tiene ese verde, continuamente cubierto de musgo y líquenes, y cuenta además con gran cantidad de helechos y laurisilva, además de plantas carnívoras, orquídeas salvajes y acebuches favorecidos por los suelos arcillosos. El aprovechamiento principal es la extracción de corcho, aunque también cinegético y de turismo. Además, en los más de cien abrigos y cuevas se encuentra arte rupestre, un patrimonio cultural que favorece su uso turístico.
En común, los tres expertos, pusieron sobre la mesa los desafíos de esta reserva natural, con temas que preocupaban tanto en Cádiz como en el norte de Marruecos, relacionados fundamentalmente con la gran presión humana: cambio climático, incendios, urbanización, caza, polución, turismo descontrolado, pastoreo poco organizado, o la repoblación de las especies autóctonas, eran temas que preocupaban a los responsables de los parques de ambas orillas.
Y salieron bonitas iniciativas relacionadas con cuadernos de campo, ilustraciones y ediciones de libros divulgativos, o excursiones locales para disfrutar y sensibilizar sobre este importante patrimonio natural compartido, que esperamos poder desarrollar el próximo año, en ambos lados del Estrecho, andando o en bicicleta.
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