María Dolores González-Ripoll consultando la sección local de la biblioteca. |
Mª Dolores nos presentó a José Rufino Parra, uno de tantos esclavos de tantas haciendas de producción azucarera del s. XIX, con una pequeña peculiaridad, Rufino Parra aparece en varios expedientes encontrados en Cuba y Puerto Rico durante la época del Caribe español del s. XIX. Este esclavo se vio inmerso en una lucha judicial y administrativa que duró más de veinte años por cometer una de las mayores transgresiones posibles, además de ser inteligente y saber leer y escribir o tener gran ingenio: dejarse seducir por la hija de su dueño, Rafael de Zayas, dejándola finalmente embarazada. Y aparece este valiente esclavo en estos documentos porque, con la ayuda de su madre y su hermana, hace valer sus derechos a través de la figura del procurador, pues parece que aún siendo esclavos también tenían derechos, y uno de ellos era que el dueño tenía que mantenerles alimentados y vestidos adecuadamente, y el maltrato estaba prohibido.
Estos esclavos, José Rufino o cualquier otro, venían de África, había numerosos depósitos de esclavos en toda la costa atlántica africana y Barcelona fue la ciudad que centró gran parte del comercio esclavista del s. XIX, siendo los destinos mayoritarios: Brasil, el Caribe británico, el Caribe francés y el Caribe español. Las travesías en barco eran durísimas y muchos eran los que en ellas perecían, los cuerpos de los esclavos se acinaban de una forma concreta, aprovechando el espacio e intentando burlar a las autoridades e inspecciones de la época, pero provocando enfermedades, violentos episodios e innumerables casos de insurrecciones con sus correspondientes castigos. La alimentación esclava se basaba en arroz, chícharos, carne salada, harina cocida y habichuelas.
Se pasa de la mano de obra del indio al negro desde que Bartolomé de las Casas se alza en contra de la utilización de mano de obra india, aludiendo además a la debilidad de unos frente a la fortaleza de los otros, proclamándose así defensor de los indios pero partícipe de la esclavitud africana. El cambio drástico de una vida en libertad a un futuro de esclavitud producía una melancolía y tristezas que llevaba en muchas ocasiones al suicidio de muchas de estas personas. Algunos pensando además que tras su muerte volverían a África. Algunas fechas para orientarnos en torno a la abolición de la esclavitud y la liberación de los esclavos fueron las de 1807, fecha en al que Gran Bretaña pone fin a la trata negrera, o 1836, año en el que se libera a los esclavos desembarcados.
Se pasa de la mano de obra del indio al negro desde que Bartolomé de las Casas se alza en contra de la utilización de mano de obra india, aludiendo además a la debilidad de unos frente a la fortaleza de los otros, proclamándose así defensor de los indios pero partícipe de la esclavitud africana. El cambio drástico de una vida en libertad a un futuro de esclavitud producía una melancolía y tristezas que llevaba en muchas ocasiones al suicidio de muchas de estas personas. Algunos pensando además que tras su muerte volverían a África. Algunas fechas para orientarnos en torno a la abolición de la esclavitud y la liberación de los esclavos fueron las de 1807, fecha en al que Gran Bretaña pone fin a la trata negrera, o 1836, año en el que se libera a los esclavos desembarcados.
Y si ya conocemos a José Rufino Parra, y algunas características de la esclavitud africana en América ¿Qué sabemos de estas empresas negreras? ¿Quiénes eran estas personas que compraban, vendían y utilizaban a personas para el beneficio económico de sus negocios? ¿Han resarcido de alguna manera a la sociedad? Parece que no, más allá de conocer algunos nombres de familia, o los museos y las memorias que algunos países han rendido al tema. Una gran paradoja que sea en el s.XVIII, el siglo de la razón y la iluminación, cuando se dispara la trata de personas de esta brutal manera. Los científicos apoyaban la idea de que algunas razas se podían esclavizar, un racismo científico muy utilizado, y un concepto, "raza", hoy día suficientemente cuestionado para no seguir usándolo, pues parece que las diferencias entre unos y otros provienen más de factures culturales que de factores genéticos.
El público también intervino con preguntas y propuso cuestiones tan interesante como el por qué de la invisibilización de Haití a partir de la revolución rusa, el uso de la mano de obra negra a partir de la extinción indígena, la necesidad de obreros frente a esclavos ante la industrialización, las semejanzas entre la esclavitud y la emigración ilegal, o entre la esclavitud y el capitalismo del s. XXI, la situación actual de las generaciones descendientes de esclavos, más allá del caso concreto de Michelle Obama; y recordamos casos de ardiente actualidad como la venta de esclavos hoy día en Libia, o los haitianos sin tierra que cultivan la caña dominicana.
Durante toda la conferencia, Mº Dolores nos recomendó además otras muchas lecturas sobre este apasionante tema, que os facilitamos a continuación:
- SAB, de Gertrudis Gómez de Avellaneda donde se relata el enamoramiento de un esclavo por la hija de su dueño
- Francisco, el ingenio de las delicias, de Mario Carrera: un esclavo lector, que lee para los demás y compone versos a pesar de los límites de los castigos, y aconsejado por un criado, invoca a las autoridades argumentando maltrato.
- Autobiografía del esclavo poeta y otros escritos, de Juan Francisco Manzano.
- Viaje a La Habana, de la Condesa de Martín
- The zong, de James Wallin, que narra la historia real de una travesía con sobrepeso a bordo del buque Zong, donde tiraron por la borda a casi 150 africanos entre hombres, mujeres y niños.
- Canciones de tu memoria negra, Gurumbé
- Les routes de l'esclavage, álbum musical de Jordi Savall.
- Sombras, de Oriol Canals.
- Y desde aquí, desde África, quiso terminar la charla recomendándonos un libro que a su juicio no podemos dejar de leer: Ébano, de Kapuszinski.
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