miércoles, 13 de mayo de 2015

Querido Eduardo


Te nos fuiste el 14 de abril y no pudimos despedirte como merecías. Andábamos distraídos con quijotes, molinos de viento, sanchos y dulcineas, y los primeros pasos de una primavera que tú disfrutarás en el paraíso… Te nos fuiste y nos dejaste un vacío grande en el panorama literario, intelectual y crítico internacional. Te nos fuiste dejándonos claves inmensas para comprender la realidad, y buenas herramientas verbales para combatir las injusticias, y no supimos rendirte un homenaje acertado. Te nos fuiste dejándonos algo más huérfanos de sensatez y coherencia. Por eso esta carta de agradecimiento, porque tú nos supiste enseñar los males de esa América querida, de esa América expoliada, y por extensión, los del mundo entero; porque tú nos supiste enseñar como nadie en qué consiste amar, y cómo es posible sufrir manteniendo la sonrisa esbozada en el rostro. Te nos fuiste pero nos dejaste un calendario imprescindible con las efemérides más dolorosas alternando con las más acertadas.

Sólo el olvido permite la muerte definitiva; sólo el silencio aniquila la existencia y materializa las derrotas. Por eso queremos recordarte cada día, cada página, cada ocaso, porque nadie como tú acertó en la diana de las irresponsabilidades con flecha optimista hecha de esta lengua que compartimos, para bien y para mal. Y queremos recordarte gritando las páginas que escribiste, convirtiéndonos en eco implacable de tus ideas, y cantando para ahuyentar miedos. Este es nuestro homenaje, rendirte pleitesía porque tú nunca temiste y con acertadas tintas fuiste embajador de nadies.

Querido Eduardo, no nos resignamos ante tu partida, te queremos y admiramos allá donde estés. Y deseamos que te den buena sombra mil papiros para que sigas escribiéndonos páginas de buen pensar, para que desde sus más altas ramas sigas iluminando nuestras sendas, para que al ritmo de sus ramas tus susurros nos sigan llegando y conmoviendo, y para que no nos dejes olvidar nunca que no “(…) es lícito confundir la prosperidad de una clase con el bienestar de un país (…)”.

Para acercarnos a las letras y al pensamiento de Eduardo Galeano (Montevideo, Uruguay, 3 de septiembre de 1940 – 13 de abril de 2015), disponéis en la biblioteca de los siguientes libros:
  • Amares: (antología de relatos). Madrid: Alianza editorial, 1997.
  • Dhakirat al-nar Safr al-takwin. Traducción de Usama Isbir.  Aljadida: Dimashq: Dar al-Tali, 1995. 
  • Días y noches de amor y de guerra. Madrid: Alianza editorial, 1998.
  • Espejos: una historia casi universal. Madrid: Siglo XXI, 2008.
  • Los hijos de los días. Madrid: Siglo XXI, 2012. 
  • Kurat al-qadam fi al-shams wa al-thil. Traducción de Salih `Ilmani. Aljadida: Dimashq: Dar al-Tali, 1995. 
  • Las venas abiertas de América Latina. Madrid: Siglo XXI, 2005. 

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