Se trata de un drama
protagonizado por Nora Navas (Barcelona, 1975) que encarna a Geni, mujer de 38
años en pleno proceso de recuperación y readaptación tras un traumático accidente. Por su trabajo dramático fue nominada a los Premios Goya como mejor
actriz, y ganadora en el Festival de Valladolid – Seminci. La conocíamos por su interpretación en Pan negro (Agustí Villaronga, 2010) y vuelve a darnos excelentes muestras de la calidad de su trabajo.
Alrededor, y a modo de
satélites que pululan, una familia representativa de la burguesía catalana se
mueve desorientada aparentando saber con seguridad qué es lo mejor para Geni. Un
marido (Pau Durà, Alicante, 1972), sujetando algunas máscaras, coloca todo lo
que interfiere su camino en orden y sin tregua: la casa, el calzado, las
miradas, las culpas…Y una amiga (Valeria Bertucceli, Buenos Aires, 1969) recién
llegada del pasado estudiantil compartido introduce algún que otro desorden…y
nos hace asomar alguna que otra sonrisa.
Mar Coll nos regala con
este trabajo de corte intimista un centenar de minutos desbordados de
preguntas. Cada uno de los personajes en escena nos mira buscando salida, sin
querer mirar a quienes le rodean. Se oyen pero quizás no se escuchan; los
ruidos rellenan los vacíos. Los ruidos precipitan algunos vértigos…de los que
nos salvan, al menos a los espectadores, los ritmos de la bien elegida banda
sonora de Maik Maier.
Todo un canto a la
libertad y a la necesaria expresión de los sentimientos. Todo un homenaje al derecho al
cambio que cada ser humano debería poder disfrutar. Un buen monumento a quienes
saben que toda certeza es accidental, y que además, lo celebran aunque sea con
dolor.
Por su anterior trabajo,
y primer largometraje, Tres días con la familia (2009), Mar Coll recibió el
premio Biznaga de plata a la mejor dirección en el Festival de cine español de
Málaga; el Premio Gaudí a la mejor dirección; y, el Premio Goya a la mejor
dirección novel. La película está disponible en la biblioteca y ahora más que nunca os recomendamos su visionado porque no os dejará indiferentes, una bonita reflexión en torno a la familia y la hipocresía que invade tantas veces los espacios cotidianos..
Le deseamos también muchos reconocimientos por el resto de sus
creaciones, entre las que ya nos anticipó con una amable sonrisa, una serie de
cuatro capítulos en la actualmente trabaja. Fue un inmenso placer disfrutar de la proyección en versión original, y no fue menos precioso el regalo de poder contar con la simpatía, las palabras y la cercanía de Mar Coll en la sala.
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