lunes, 1 de diciembre de 2025

Té con azúcar, con Mireia Estrada

El pasado viernes celebramos, por fin, el tan esperado club de lectura dedicado al libro Sin azúcar. Participaron lectores de Tánger y Tetuán, y contamos con la presencia de su autora, Mireia Estrada Gelabert. Más de cuarenta personas nos reunimos para debatir una obra que despierta pasiones y que deja, como su propio título sugiere, un dulce sabor final; dulce como esta novela y como el té con azúcar que impregna cada rincón de Marruecos. 

Comenzamos tratando de definir el género del libro: una obra de estampas costumbristas, el elogio de lo local frente a lo global, y una lectura no lineal que recoge la riqueza de la vida cotidiana en Marruecos a través de experiencias personales, reflexiones y una cuidada bibliografía. Una crónica con tintes autobiográficos y destellos de libro de viajes que la autora prefiere describir como saberes situados: conocimientos que nacen de la experiencia y que, como ella misma reconoció, tienden a ser contradictorios. Confesó también que el libro la ha obligado a mirarse a sí misma: «Es cuando el otro te interpela cuando tienes la oportunidad de cuestionarte ciertas cosas y de adoptar una mirada más crítica sobre tu propia cotidianeidad». 

La sesión se abrió con la intervención de una lectora que destacó el cariño y el respeto con que Mireia narra las costumbres familiares que describe. La autora explicó que el hilo conductor de la obra es Mui Jadiya, su suegra y auténtico corazón de la familia. El afecto que transmite el libro, dijo, es recíproco: desde el primer momento se sintió acogida, y esta obra es también un gesto de agradecimiento y admiración hacia su familia marroquí. El libro relata veinte años de la autora en Marruecos, y comienza en los años 2000.

Club de lectura con Mireia Estrada el viernes 28 de noviembre en el Instituto Cervantes de Tetuán

Algunos lectores expresaron que echaban de menos cierta tensión narrativa o una mayor evolución de los personajes. Mireia respondió que esa ausencia es deliberada: Sin azúcar no es una novela y su escritura tampoco nació desde el conflicto, sino desde la observación y el deseo de desmontar miradas exóticas sobre Marruecos. Confesó que, al escribir, imaginaba a un lector concreto: muchas de las madres con las que se cruza al recoger a sus hijos en el colegio.

La autora alertó de la existencia de discursos peligrosos que se alimentan de la ignorancia y compartió experiencias de proyectos de interculturalidad en Cataluña, donde ha visto cómo la convivencia funciona con naturalidad, especialmente entre los más pequeños. La conversación avanzó hacia los prejuicios y la persistencia de ciertas miradas orientalistas. Un lector evocó la influencia de Edward Said y destacó la importancia de obras como esta en tiempos de crispación política. Otros asistentes compararon a Mireia con Fátima Mernissi, alejándola de otras autoras como Najat El Hachmi o Miss Raisa. 

El subtítulo del libro —Una mujer occidental en Marruecos, elegido por la editorial— también salió a debate. Para Mireia tiene un interés particular porque puede atraer a lectores que aún desconocen que el Mediterráneo une más de lo que separa. Aun así, recordó que Magreb significa «occidente» en árabe, lo que le dificulta aceptar la división entre un Oriente y un Occidente que, en su experiencia cotidiana, no se corresponde con la realidad. Otro lector intervino para destacar el papel de la «tribu» en el libro frente al fuerte individualismo en Europa. La autora coincidió: la tribu sostiene, dijo; el individualismo puede hacer crecer, pero también deja caer.

Las alabanzas hacia Sin azúcar marcaron la recta final de la tertulia. Respeto, exactitud en las descripciones, ternura… El público se mostró encantado con la lectura y con la oportunidad de conversar con su autora. «Es un libro imprescindible para conocernos», afirmó un lector marroquí, recordando que, aunque lo que narra pueda ser común en ciertas zonas de Marruecos —como Doukkala, el pueblo de la familia de la autora y el paraíso de la infancia de sus hijos—, no necesariamente lo es en otras. Mireia agradeció emocionada todos los comentarios y cerró la sesión con una reflexión que resume bien el espíritu del encuentro: «Nunca he vivido estas dos culturas como diferentes. Este Mediterráneo es la misma música con distintos acordes». Recomendamos igualmente la reseña del libro de un lector, publicada hace un año aproximadamente.

Visita a la asociación 100% Mamans, en la ruta literaria del sábado 26 de noviembre.

El sábado nos encontramos ya en Tánger, en la ruta literaria que nos llevó a conocer la labor diaria de tres asociaciones fundamentales para madres, niños y familias en situación vulnerable en esta ciudad del Estrecho donde la actividad y la innovación es continua. Durante el recorrido, Mireia nos fue leyendo y compartiendo su experiencia como madre y mujer en esta orilla del Mediterráneo.

Comenzamos con la Asociación 100% Mamans, dedicada desde 2006 al acompañamiento de madres solteras en Marruecos. Desde entonces han apoyado a más de cuatro mil mujeres, y desde 2010 también acogen a mujeres subsaharianas que llegan embarazadas durante el proceso migratorio, muchas veces a consecuencia de violencias sufridas en el camino. Además de este acompañamiento, la asociación funciona como guardería y ofrece formación en cocina y textil para facilitar la inserción laboral. Escuchamos historias increíbles de superación y resiliencia gracias a un equipo que, además de trabajar en la prevención, acompaña y sostiene a las familias con una dedicación incansable. Siempre en búsqueda de recursos, cuentan con el apoyo de muchas personas enamoradas de su labor, y tras visitarlas entendimos perfectamente por qué. 

Visita al Hogar Lerchundi.

Emocionados por esta visita, llegamos al Hogar Lerchundi. Allí nos explicaron el trabajo que realizan en este céntrico barrio con familias en riesgo de exclusión. Gestionan una guardería para niños de 3 a 6 años que acoge alrededor de cien pequeños, y el proyecto TIKA, dirigido a familias desestructuradas: voluntarios recogen a los niños en el colegio y les ofrecen formación, acompañamiento y actividades a partir de los 6 años. El Hogar acoge voluntariado local y también grupos procedentes de España a través de programas como Proclave. Para las madres es de estas familias, además de talleres relacionados con el textil, la cocina y la alfabetización, han desarrollado últimamente proyectos relacionados con la creación de cooperativas que están ofreciendo muy buenos resultados.

Por último llegamos a la Asociación Darna, una organización que vende productos gastronómicos y textiles de diferentes asociaciones de la ciudad, y que también cuenta con su proyecto de empoderamiento de mujeres en situación de exclusión. Nos enseñaron el proyecto de talleres realizado en colaboración con el Ayuntamiento de Madrid y el escaparate creado con motivo del mercado de Navidad de este año. Después, allí comimos todos los lectores, pudiendo disfrutar de charlas y vistas fantásticas. Un precioso cierre para un precioso libro y una mujer impresionante. 

Escaparate de Navidad de la Asociación Darna.

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