viernes, 21 de febrero de 2020

Club de lectura: El tiempo de los emperadores extraños, de Ignacio del Valle


El pasado 20 de febrero celebramos el primer club de lectura de 2020 dedicado a una de las obras más premiadas de Ignacio del Valle: El tiempo de los emperadores extraños. Segundo título de la saga de suspense histórico, que abarca un convulso periodo del s.XX, de 1939 a 1947, protagonizada por el sargento Arturo Andrade, un investigador vivo, sagaz, y con interesantes matices que nos acercan un poco al autor de la serie, Ignacio del Valle, que, además de compartir unos intensos ojos azules, tienen en común el talento de saber mirar, escuchar, y fijarse en los pequeños detalles para descubrir todo lo que no aparece a simple vista. Ignacio del Valle nos acompañó durante la tertulia literaria, y con él pudimos hablar largo y tendido de toda su obra así como de su faceta como escritor. 

Ignacio del valle y sus lectores durante el club de lectura en la Biblioteca Vicente Aleixandre del Instituto Cervantes de Tetuán el pasado 20 de febrero de 2020.
Este escritor, como tantos otros, decía, se sabe vanidoso, no confía en la inspiración y sí en el trabajo diario y en la lectura para llegar a alcanzar el éxito con cada título que publica. Asegura tener claro antes de arrancar una novela el punto de partida y hacia donde quiere ir, mientras tanto va inventando el camino para llegar hasta allí. Es la historia, y las mil historias que esta encierra, lo que le anima a escribir, su pasión por la realidad es absoluta, a la que adhiere creativas ficciones policíacas que enganchan al lector. 

En esta ocasión, en esta novela, es la masonería el importante elemento de suspense y, a ritmo trepidante, Ignacio nos relata un importante episodio histórico de mitad del s.XX desde las entrañas: la participación de España en la Segunda Guerra Mundial con la División Azul, y la dureza del día a día de esos militares en el Frente de Leningrado, su relación con rusos y alemanes y el genuino carácter español que acompañaba, con sus luces y sombras, cada personaje del libro. Un carácter que causaba mofa entre los alemanes y que, al contrario, era mejor recibido por los rusos. El frío es también un protagonista en la novela, un silencio sobrecogedor que te acompaña en cada página, con el que el autor consigue transportarte a aquella época y a aquel lugar, a través de rigurosa información histórica y una creatividad infinita, forjada a base de historias encontradas en conversaciones, viajes, lecturas o películas.

Ignacio del Valle en la biblioteca.
Hablamos también del rodaje de la película, Silencio en la nieve, basada en la novela, en la que el autor pudo estar presente y resumió de la siguiente manera: Lituania, -25ºC, y kilos y litros de té y pastas. Durísimas condiciones de rodaje que, por otro lado, dieron credibilidad y consiguieron una magnífica obra bélica, con actores de la talla de Juan Diego Botto o Carmelo Gómez. La primera imagen de la película, las cabezas de los caballos congelados en el lago son el pistoletazo de salida a una historia de continuo suspense con grandes episodios de acción que Gerardo Herrero, el director, ha sabido trasladar de forma magistral a la gran pantalla, aunque, como suele pasar, toda la información y creatividad del libro no se haya visto igualmente reflejada. 

Y de ahí pasamos al romanticismo del s.XIX, no el del ramo de flores y los poemas de amor, sino la cuna del nacionalsocialismo, todos los demonios que nacen debajo de la corteza de la civilización, demonios que el escritor encierra en sus personajes, visibilizándolos, mostrando la humanidad de cada uno de ellos a través de sus contradicciones, la ausencia de lo absoluto, del bien o del mal, y la percepción de todo lo fantástico que podemos encontrar en la realidad a través de las referencias culturales de cada uno de nosotros.

Una tertulia que dio mucho de sí, que nos permitió preguntar y conocer todos los secretos de este gran escritor que sin tapujos compartía sus referencias culturales y sus rutinas, que nos permitió comparar su estilo con otros del todo diferentes, como la autoficción de Manuel Vilas; recordar otras obras sobre la División Azul de Almudena Grandes o Lorenzo Silva. Y otras obras suyas como Busca mi rostro, novela que deja de lado la saga de Arturo Andrade para mostrarnos un importante hecho histórico mucho más reciente: La Guerra de los Balcanes, y algo más importante aún, el implícito mensaje de la fragilidad de la civilización tal y como la tenemos construida. Un título que enganchó también a algún lector aducido en el universo de Ignacio del Valle, con el que esperamos contar en otro club de lectura, quizás el de su próximo libro de la saga Andrade, el sexto ya, que aparecerá próximamente. 

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