martes, 10 de octubre de 2017

El té y el café, bebidas básicas de la Dieta Mediterránea, y otras informaciones.


Muchos descubrimientos y curiosidades las que nos descubrió el pasado jueves 5 de octubre el Doctor Fulgencio Saura Calixto en el Instituto Cervantes de Tetuán, en su conferencia titulada "La Dieta Mediterránea y sus beneficios". Nos explicó detalladamente los secretos y paradojas de esta dieta compartida por los países del sur de Europa y norte del Magreb, de las que os trasladamos ahora algunas ideas, y aprovechamos para recomendaros varios títulos de la biblioteca que os ayudarán a comenzar este año con los mejores cuidados y prácticas de salud y belleza y las sabrosas recetas culinarias de esta zona del Mediterráneo.

Dr. Fulgencio Saura Calixto en el IC de Tetuán.
El Dr. Fulgencio, gran comunicador, comenzó esa tarde la charla citando la importancia de la alimentación y de sus efectos en la salud, conocida desde hace más de 2.500 años, cuando tanto en Grecia, o después en China, se promulgaban las siguientes máximas: "Que tu medicina sea tu alimento, y tu alimento tu medicina" (Hipócrates, s.V a.C. - s.IV a.C.), o "Hay que emplear la medicina sólo cuando la dieta resulta insuficiente" (Sun Si Miao, 581 - 682). Una dieta desequilibrada es la principal causa de mortalidad o del desarrollo de enfermedades, y es desde 1986, a partir de un estudio realizado en la isla de Creta, que se desarrollan investigaciones en este sentido y se descubren los beneficios de la Dieta Mediterránea y sus efectos en la población.

Algunas recomendaciones generales para fortalecer la salud, que nos dio el doctor aquella tarde fueron: reducir el consumo de calorías, grasas, azúcares y sal, un problema común a todos los países actualmente; y aumentar la ingesta de fibra y antioxidantes. Y precisamente son esa combinación de alimentos, los principales componentes de la Dieta Mediterránea, que la  convierten en la mejor y más saludable del mundo entero, por delante de la japonesa.

Los antioxidantes contrarrestan el estrés oxidativo producido por los radicales libres, y podemos encontrarlos en frutas, verduras, té, café, y vino (especialmente el tinto por la fermentación completa con piel y pipas incluidas). A partir de los 45 años, la capacidad de defensa de esos radicales libres es menor y es a partir de esa edad donde aparece el envejecimiento y se recomienda que estos alimentos estén más presentes aún en la dieta.

¿Y por qué la fibra es importante? La fibra es la parte de los vegetales que "afortunadamente" no digerimos, es un factor dietético preventivo de enfermedades porque aunque a nosotros no nos alimente como otros nutrientes (proteinas, grasas, minerales, azúcares...), sí alimenta a la microbiótica intestinal, la masa bacteriana intestinal en la que se encuentran cerca de 400 especies, que regula nuestro digestión, fortalece nuestro sistema inmune y crea una barrera de protección ante otros microorganismo no deseados.

En definitiva, los alimentos clave son las frutas y las verduras, el vino tinto, el té y el café, el aceite de oliva, el pescado y las legumbres. Esta es la dieta ideal y no se conoce otra mejor. Y encontramos referencias a esta dieta en todas las disciplinas, y por estar donde estábamos, el Dr. Fulgencio destacó dos pasajes del Quijote, donde Cervantes cita algunos constituyentes básicos de esta dieta, o algún plato típico como la olla podrida, que aún hoy se prepara en algunos pueblos de España. 

Un placer escuchar los conocimientos de este gran científico que sigue investigando y descubriendo importantes teorías a un público ávido de información, donde las preguntas se sucedíann una detrás de otra, deseando que no se fuera tan pronto, y que siguiera contándonos muchas más cosas, esperamos volver a leerle o a escucharle muy pronto.