lunes, 30 de marzo de 2015

Un solo día


Durante todo este més de marzo se han realizado diversas actividades en torno al Día Internacional de la Mujer, que en el Instituto Cervantes de Tetuán hemos querido que se convierta en algo más que un solo día… Tras la fiesta celebrada el domingo 8, estrenábamos la semana con el documental Las maestras de la República, dirigida por Pilar Pérez Solano (2013), y nos emocionábamos con las bellas imágenes que salpicadas de datos históricos de expertos en ciencias sociales y educativas y música, nos puso nostálgicos. Formaba parte del ciclo “Espacio femenino” que tuvo lugar durante todo este mes.

Hind Asselman y Mareta Espinosa durante la presentación.
El 10 de marzo, martes, contamos con la presencia de dos emprendedoras: Hind Asselman y Mareta Espinosa, cuyas empresas radican en Tetuán. Conversaron en torno al tema Mujer y empresa. Ambas dieron noticia de lo que significa innovar y crear sin olvidarse de la responsabilidad social. Nos acercaron a la problemática relacionada con los trámites administrativos, las trabas burocráticas, la gestión financiera, y los diferentes concepciones del tiempo y de los ritmos de trabajo entre los agentes que participan en sus proyectos, directa o indirectamente. Representantes de dos generaciones diferentes y procedentes de dos contextos distintos esbozaron un escenario en el que queda mucho por hacer. Para ellas innovar resulta imprescindible, pero aventurarse en descubrimientos no debe dar la espalda a la tradición y al entorno.

Así, Hind Asselman insiste en la recuperación de técnicas ancestrales para evitar la pérdida irreparable que la desaparición significaría; y en la revitalización de elementos y accesorios cotidianos. “Me aproximo e investigo un elemento, lo deslocalizo y le doy vida en otro contexto” – nos decía con entusiasmo acerca de esos cinturones que nos sorprenden y no acertamos a identificar cuando los vemos, gracias a sus diseños, rodeando un chaleco o una capucha. Hind Asselman es diseñadora de moda y complementos, decoradora y arquitecta de interiores. Su buen hacer es una labor integral que va más allá de los elementos. Se apoya en las necesidades del cliente y en su idiosincracia, aporta su filosofía particular, una sensibilidad singular, un modo de mirar irrepetible y una cosmovisión nada despreciable. Trabaja sobre la información, los deseos de las personas, los materiales y los espacios para ofrecer un producto que puede variar desde un diseño de una vivienda, el de un supermercado, el de un cuarto de baño o el de un restaurante hasta un traje para una boda o para un concierto y las joyas que lo puedan acompañar. Para un acercamiento más detallado a sus creaciones y a su filosofía, pueden consultar: un vídeo en el que Hind es entrevistada y noticias de una presentación en el blog de nuestro apreciado Blanco Riad. Sus creaciones y proyectos están accesibles desde la página web de su empresa Helman Creations.

Mareta Espinosa nos acercó a la falta de visibilidad de la producción artística y cultural local y a las deficiencias de las infraestructuras. Nos introdujo en la concepción elitista de la cultura y nos regaló algunas reflexiones muy estimulantes. Inquieta y sensible, ha decidido crear una plataforma de apoyo y lanzamiento de los y las artistas locales. La perspectiva de género le preocupa, pero sobre todo, valora el trabajo bien hecho. Apuesta por el arte contemporáneo y sus propuestas son radicales, asegura. Está trabajando en la creación de un espacio cultural con personalidad propia. La gastronomía bailará a buen ritmo con las artes en una casa de la medina tetuaní ubicada cerca de Bab Saida, donde esperamos pronto poder disfrutar de buenas vistas desde la terraza, degustar buenas tapas, y recrear la vista y el espíritu en las fantásticas creaciones de los tres artistas del norte de Marruecos con quienes arrancará la actividad:  Mounia Touiss (Tetuán, 1971), Said Messari (Tetuán, 1956), e Ilyas Selfati (Tánger, 1967). 

Saida Art Contemporain abrirá sus puertas en breve. Están ultimando detalles y estamos todos y todas invitados. Será un ingrediente más de la magia que envuelve esta ciudad donde según Mareta, se respira el arte por todos los callejones y por todos los rincones.

Mareta Espinosa dirigió el Festival Miradas de Mujeres: un proyecto expositivo de la asociación Mujeres en las Artes Visuales, cuyo fin es promover la presencia equitativa de las artistas mujeres en los museos, centros de arte contemporáneos, galerías de arte y universidades españolas.

lunes, 23 de marzo de 2015

Obra reciente, de Antonio San Martín


Antonio San Martín Castaños nació un doce de mayo de hace casi sesenta años en Cádiz. Se formó en la Facultad de Bellas Artes y en la Escuela de Artes Aplicadas de Sevilla para después transmitir todo su conocimiento, su ciencia y sus experiencias al alumnado universitario ceutí ejerciendo como profesor titular de Didáctica de la Expresión Plástica.Desde 1983 ha expuesto sus obras recorriendo la geografía peninsular (Burgos, Segovia, Zamora, Granada, Sevilla, Vitoria-Gasteiz, Barcelona, etc.) y el norte del continente africano, así como Italia.

Muestra de dos cuadros de la exposición.
En esta ocasión, en el Instituto Cervantes de Tetuán, contamos con una selección de su “Obra reciente”, ocho años después de que ya nos visitara con una muestra procedente de su colección “Sobre papel”. Dice José Luis Gómez Barceló que el artista ha iniciado “un viaje de color por el país que tanto admira, Marruecos”, y en sus costas ha establecido su taller de producción, en Martil. Allí, ha anclado sus inquietudes artísticas , y en su playa parece haberse bebido un trocito de Mediterráneo para regalárnoslo sobre telas y cartones inundados de magia. No se ha olvidado del Atlántico, y ha conjugado sabiamente todas las aguas saladas. Los mares, los océanos y todas las tempestades alternan con una gama imposible de tonos cálidos para lograr que soñemos a nuestras anchas mirando cada una de las obras. Una serie provoca que amainen nuestras preocupaciones, la otra arrecia nuestras querencias. Marejadas de pincel ávido abren abanicos llenos de enigmas dispuestos a ser reinterpretados para quien se deje arrastrar.

Daniel San Martín Pizarro, su hijo, historiador del arte, dice de él, que no sólo usa el arte como “una mera forma de expresión, sino una herramienta del conocimiento, un medio para procesar y apurar la vida, un testimonio del paso del tiempo”. Y así podemos acercarnos a sus cuadros, intentando dilucidar las respuestas a las preguntas fundamentales. Tanto las series de acrílicos como las acuarelas ofrecen en sí mismas universos comunicados. Vemos olas y volcanes, vemos lo primigenio y la lamentación, vemos el grito y el silencio. 

Las obras de Antonio San Martín Castaños se dejan escuchar; destilan músicas indelebles. Las telas y los cartones llaman a los ojos de quien los mira y no los dejan escapar inmunes. Transmiten algo más allá de fuegos avivados y azules salados. Atrapan al descubrirnos a nosotros mismos que siguiendo el trazo, que aparece y desaparece perdiéndose en mil bucles fértiles, no podemos desviar la mirada. Ponen al espectador y a la espectadora sobre la cresta de la ola y encima de la cumbre del volcán en erupción. Invitan a sumergirse y acompañan en el viaje marcando ritmos por inventar.

Tras los trazos se adivina una mano experta. Los marcos de las obras no las limitan porque la creación se expande más allá de las paredes que la albergan. La paleta de colores, esa que no vemos pero que podemos idear, se descubre como laboratorio experimental irreductible: podemos imaginarla como laboratorio infinito del que vuelan liberados todos los secretos del artista.

Esta exposición inaugurada el pasado día 6 de marzo puede ser visitada en el Salón de Actos del Instituto Cervantes de Tetuán hasta el próximo viernes día 27 de marzo de 2015. Sean bienvenidos y bienvenidas. No dejen de acercarse: tienen asegurada una fiesta de color que rinde homenaje a los sentimientos y a la vida.

viernes, 20 de marzo de 2015

Noticia del club de lectura sobre Laura Esquivel.


El pasado 18 de marzo celebramos en el Instituto Cervantes el club de lectura sobre la obra Como agua para chocolate de la escritora mexicana Laura Esquivel. En la biblioteca preparamos unos apuntes para acercarnos a la autora y a este título suyo que tanto nos ha emocionado (PDF en español, 1 MG). 

Íntimas suculencias, de Laura Esquivel. 
El club de lectura estuvo marcado por la pasión que suscitó en todos nosotros este maravilloso libro. La interacción entre gastronomía y literatura que nos ofrecía la autora nos invitó a comenzar el debate hablando de suculencias gastronómicas de aquí y de allá, comentando el despertar de sentidos que produce la mezcla de sabores agridulces marroquíes, y las bondades de la dieta mediterránea que compartimos tantos países. Entre los platos preferidos destacaron el cuscús, la paella y el gazpacho, sin duda, un buen trío.

Esta introducción nos llevó a hablar de cuándo se cocina, quién lo hace y con qué objetivo. Si bien el libro se divide en doce capítulos relacionados con doce recetas y doce ocasiones especiales, platos más o menos fuertes en función de la historia que nos espera después, la alquimia dentro de la cocina forma parte de nuestra vida cotidiana y no siempre se le ha dado el valor que merece, aún en estos días en los que sí parece que está empezando a tomar un papel importante en los medios de comunicación, en relación con la salud y el bienestar, pues es sabido que la influencia de nuestros hábitos culinarios está directamente relacionada con nuestra salud física y mental. 

Y sobre el contenido del libro, todos estuvimos de acuerdo en afirmar que resulta rico, delicioso... un placer estético sublime con páginas muy bien narradas donde la exhuberancia mexicana no entiende de tonos comedidos. Lo bonito no es la historia en sí, puede haber otras más impresionantes, sino cómo te entra por todos los sentidos, la magia que te impregna y te lleva como en un cuento de hadas. Intentamos entre todos dar una explicación a esa magia que rodea y contagian estos grandes autores latinoamericanos que nos sumergen en su fantástico mundo, definido en términos literarios como realismo mágico, cócteles fantasiosos que nos activan la imaginación y nos inducen a seguir leyendo sin descanso. Abdu apuntó que esta magia con la que escriben García Márquez, Isabel Allende o Laura Esquivel puede estar influenciada por las costumbres y supersticiones propias de algunos paises de América Latina, y todos estuvimos de acuerdo. Apuntamos además que, Como agua para chocolate nos acerca también a la historia, costumbres y tradiciones de ese país en el que sucede la acción, México. 

Afrodita, de Isabel Allende.
Mustafa observó que el tema central del libro es el amor, en todas sus manifestaciones, de hecho así lo define la propia autora en una entrevista a la BBC; y descubrió la clave de la historia en las palabras de Gertrudis a Tita sobre la verdad ¿Qué es realmente la verdad y qué no es? Un concepto que depende de las vivencias y realidades de cada uno. Ésto nos llevó a hablar de las tradiciones y de su ruptura, ¿Hasta dónde deberíamos mantenerlas? ¿Cuándo rompe Tita con esa injusta tradición familiar? 

Y terminamos por supuesto comparando el libro con la película, que mucho habíamos aprovechado para ver, aunque con reticencias, pues no queríamos borrar la preciosa imagen que nuestra imaginación había creado de la obra. Otros en cambio pensaron que la obra cinematográfica es tan buena que no tienen nada que envidiar al libro. Sin embargo, la opinión generalizada es que a donde llegue buen libro, es difícil que nada ni nadie pueda alcanzarlo.

Como bibliografía auxiliar nos servimos de varios artículos de crítica literaria aparecidos en las siguientes publicaciones: América sin nombre [Publicación periódica], y Erotismo en la narrativa española e hispanoamericana actual. [VII Simposio Internacional sobre Narrativa Hispánica Contemporánea, El Puerto de Santa María, noviembre 1999].

Gracias a todos los asistentes, fue un placer contar en otra ocasión con todos vosotros, nos vemos el Día del libro celebrando el IV Centenario de la publicación de la segunda parte de El Quijote.


miércoles, 11 de marzo de 2015

Noticia del club de lectura sobre Carmen Martín Gaite.


El pasado lunes 8 de diciembre hubiera cumplido años Carmen Martín Gaite, de seguir entre los y las mortales. Como ella ya disfruta de la inmortalidad, decidimos celebrar una fiesta en su honor unos días después, la tarde del viernes, en el club de lectura de la Biblioteca Vicente Aleixandre, en torno a su novela Entre visillos con la que había logrado el distinguido premio Nadal. Podéis consultar el documento publicado en  la página web de la biblioteca sobre la autora y la obra creado a propósito para la sesión del club de lectura (PDF en español, 2 MG).

La profesora Mª Ángeles nos ayudó a ubicar a la autora en el contexto literario hispánico al tiempo que Pilar, que la había conocido en persona, la recordaba luciendo un cabello distinguido y alguna boina en el Ateneo de Pamplona. Compartieron que era una mujer elegante y discreta, fácilmente localizable en entornos frecuentados por bibliómanos. No sólo como escritora sino también como investigadora y envuelta en silencio, podía ser encontrada en la madrileña Biblioteca Nacional, en  el Centro de Investigaciones Superiores. Y a pesar de la discreción se adivinaba en ella una suerte de esencia artística que le hacía sobresalir, aunque fuera calladamente. Dedicada por completo a la literatura y a la escritura en general, ya fuera de ficción, ensayo, crítica literaria o investigación sociológica, Carmen Martín Gaite se entregó a tareas literarias creativas, de producción y de divulgación a través de talleres, seminarios, conferencias y demás cursos.


Exposición bibliográfica sobre Carmen Martín Gaite 
el día de reunión del club de lectura. 
Concluida la introducción, y entrando de lleno en la novela que nos ocupaba, Sagrario relacionaba los cambios retratados en la novela respecto a las libertades personales con lo que ya hiciera Leandro Fernández de Moratín con referencia al final de la práctica de los matrimonios concertados. Nisrin reconocía en la  autora y en el contenido de la novela a una comprometida feminista, y Abdu nos contó su particular relación con la narrativa de Carmen Martín Gaite a raíz de un premio obtenido con un cuento propio titulado Lo raro es vivir, que sería también el título de una novela de ella, y el de una canción. Él había leído El balneario, que después le llevó a descubrir a otra gran escritora Josefina Aldecoa, que estaba casada con un gran amigo de Carmen Martín Gaite, el vitoriano Ignacio Aldecoa. Escuchamos complacidos sus reflexiones acerca del cine de la época, considerado como elemento subversivo o contaminante, al igual que era mencionado en La colmena, de dónde extrajo algunas citas que nos leyó para facilitar un paralelismo.

También Mustapha compartió con generosidad todo lo que le había aportado la obra, y detalles de su identificación con uno de los protagonistas, Pablo Klein, en su propio aprendizaje de la lengua alemana. Younes esbozó un análisis cuidado sobre el lenguaje empleado en la obra, que en su opinión, estimula la imaginación y enriquece la interpretación personal de lectores y lectoras. Mª Ángeles ilustraba bien la sensación que habíamos experimentado: con esta técnica de diálogos encadenados, parece que nos hubieran zambullido en una pecera para que nadáramos solos y descubriéramos por nosotros mismos reconociendo la psicología de los personajes y todo lo que se esconde detrás de las palabras. Son los diálogos que se suceden y que se suman hasta construir un escenario donde no hay narración o descripción; y es un escenario al que nos vemos casi arrojados pero con una venda en los ojos que nos impide o dificulta comprender.

Y apoyándonos en esas experiencias personales nos lanzábamos al grueso de la temática de la novela. Nos preguntábamos las razones por las que algunas mujeres se aferran a tradiciones que bien pudieran haber quedado obsoletas, y los motivos por los que contribuyen a su permanencia mientras otras tantas luchan por reinventar un futuro nuevo. Carmen Martín Gaite se nos aparecía como experta en relaciones familiares y de género, por cómo las retrata oscilando ente la investigación exhaustiva y la obra de ficción que nos muestra a modo de retrato lo que sucedía a su alrededor en aquella España de la década de los cincuenta. En concreto, Entre visillos nos regala una buena colección de personajes que carecen de libertad, que viven una situación dramática y que están condenados a un hastío perenne. A través de múltiples diálogos y conversaciones intuimos unos usos sociales que aprisionan y que restan potenciales a los seres humanos como agentes individuales. Nos aventuramos a dar nombre a la ciudad de provincias que alberga a esos personajes que tanto sufren: quizás Salamanca, quizás Logroño, quizás Burgos, quizás Oviedo…

Fuimos, casi de la mano, recorriendo a personajes como Julia, Mercedes, Gertru, Natalia, Teo, Elvira, Pablo, Emilio, los hermanos del Gran Hotel… Entre todos desmenuzamos los entresijos de sus vidas, de sus laberintos particulares; de los que nos ofrecía la novela y de los que habíamos imaginado para ellos a modo de sortilegio que los liberara de sus respectivas prisiones. No despedimos con ganas de seguir leyendo a esta magnífica autora y de seguir descubriendo todos sus textos. Y lo hicimos con la grata sensación de que Carmen Martín Gaite nos había acompañado durante aquella tarde del 12 de diciembre para celebrar una fiesta importante.