lunes, 28 de abril de 2025

Paquita en el país de las maravillas

El viernes 25 y el sábado 26 de abril cerrábamos la semana cervantina con un broche de oro: el club de lectura sobre el libro Paquita en tierra de moros, y la ruta literaria del libro, ambas actividades con la presencia del autor y de los lectores de los clubes de lectura de la biblioteca pública de Ceuta, y del Instituto Cervantes de Tánger y de Tetuán. Un fantástico triángulo de la lectura con un magnífico libro y un maravilloso escritor hispano marroquí: Driss Bouissef-Rekab Luque.

Club de lectura el viernes 25 de abril en la biblioteca infantil del Instituto Cervantes de Tánger

El viernes, el club de lectura cumplió récord de tiempo con tres horas de duración que se podía haber alargado aún todo lo que quisiéramos porque este libro y la vida del escritor dan para mucho. Y es que Driss ha conseguido con este libro lo que lleva buscando toda la vida: acercar culturas, conocerse, reconocerse e interesarse por el otro, alejando así los miedos que nos da lo que no forma parte de nuestra cotidianeidad. Y ese ha sido también el cambio en su pensamiento político, de ilusionado comunista a demócrata, por su fe en las personas, en la humanidad, sin importar credo o religión. Para Driss, la calidad de una persona se mide en el comportamiento con el otro, y es que algunas de las experiencias que más lamenta y que más daño le han hecho en su vida es el rechazo que ha sentido en España por su nombre o su religión. Para él, las miradas despreciativas son un gran problema porque si no nos consideramos todos iguales como seres humanos, nunca llegaremos a vivir en paz. Y por eso volvió a Marruecos, porque aquí se siente igual que el otro, cuando en España le han hecho, en diferentes ocasiones, sentirse inferior.

Comenzamos hablando de la lengua española, utilizada por primera vez en una novela suya publicada, aunque asegura tener otros libros escritos en español, es una lengua con la que se siente cómodo, y la única en la que podría escribir sobre su madre, aunque el currículum académico y profesional de Driss está escrito en lengua francesa. Algunos lectores destacaron una parte primera de la novela más costumbrista y una continuación más política y reflexiva, lo que el escritor justificó con las edades en las que sucedían los hechos, de niño no se planteaba nada, simplemente sucedían las cosas, y de más mayor sí ha tomado conciencia de los hechos, y desde esta visión más reflexiva es como los narra en este libro autobiográfico tan íntimo y personal.

Algunos lectores del club en las escaleras del Instituto Cervantes de Tánger.

Largo y tendido pudimos hablar de Paquita, la madre de Driss y a la que este dedica el libro. Tanto asombró este personaje que una lectora le pidió que cambiara el título del libro a Paquita en el país de las maravillas, pero Driss quería que el título sugiriera ya la idea de una cristina en tierras musulmanas, y por eso escogió este título y no otro, aunque a todos nos hizo gracia la reflexión, ya que, aún con todas las vicisitudes aquí vividas, finalmente Marruecos ha sido el país escogido por Driss para vivir la mayor parte de su vida por elección propia. Otros lectores destacaron que era un libro de mujeres y para mujeres, al tiempo que manifestaron lo bien rodeado que Driss siempre había estado de todas ellas, con Paquita, sus hermanas, sus mujeres y su hija Sonia. Mujeres fuertes y maravillosas que no han cesado nunca en su lucha, tanto por él como por ellas mismas. De su padre Mohamed, falangista afín al régimen, machista y de carácter duro aunque con buen corazón, todavía le cuesta más hablar, por eso su muerte ni siquiera aparece en el libro, y quizás también por eso el libro está escrito en tercera persona, para tomar distancia de los recuerdos más duros. 

Quizás por todo esto, Paquita en tierra de moros es más dulce que A la sombra de Lala Chafia, un libro que también narra la vida del autor pero desde otra perspectiva, y escrito desde la cárcel. De hecho, si no llega a ser por el periodista Javier Otazu, no hubiera incluido este periodo de su vida en Paquita. Ante las diferentes preguntas sobre este tema, Driss nos confesaba que el día que salió de la cárcel fue el día más triste de su vida: sin trabajo, divorciado, y sin saber qué iba a hacer con su vida después de trece años encerrado. Cuando le preguntaron si, toda una vida después, volvería a pasar por lo mismo, aseguró que sí, porque «cuando una persona se compromete con un movimiento de transformación de un país, cree en lo que está haciendo». En esa época el idealismo comunista impregnaba el ambiente juvenil de Europa y Marruecos, y él sentía que quería luchar por mejorar su país, aunque asegura que cometieron un error: no tener las herramientas para medir las fuerzas del makhzen: «No teníamos ni idea de cómo funcionaba el poder en Marruecos». Sigue pensando que no hay democracia sin laicismo, y comparando su época con la actual es más pesimista, cree que ahora no hay entusiasmo por cambiar nada, ni en los países en desarrollo ni en los desarrollados. Y con un nuevo apelativo para este escritor tetuaní terminamos el club de lectura: el Nelson Mandela de Tetuán.

Inicio de la ruta frente al palacio real recordando el famoso bar La Parra. 

Y el sábado retomamos el encuentro paseando y recordando el bar donde su padre se gastaba el sueldo y la zapatería en la que trabajaba su madre antes de casarse, para llegar al antiguo cine Misión y al antiguo colegio de la Alianza Israelita, mientras visitábamos las librerías más emblemáticas de la ciudad de Tetuán, Alcaraz y Ágora, en nuestro camino hacia el Barrio Málaga. Allí visitamos la antigua iglesia convertida en mezquita, el cine Victoria y la casa de la abuela de Driss, en la que estuvo viviendo con sus hermanos. Finalizamos el paseo en los preciosos jardines del Hospital Militar de Tetuán pensando en el próximo encuentro, con la alegría y esperanza que ofrece conocer a escritores de tanta calidad humana. 

Fin de la ruta en los jardines del Hospital Militar de Tetuán.

miércoles, 12 de marzo de 2025

Club de lectura: «La pasadora», con Laia Perearnau

El sábado 8 de marzo celebramos el Día de la Mujer por todo lo alto, recordando y homenajeando a grandes mujeres olvidadas de la historia que tuvieron un papel fundamental en la Guerra Civil Española y en II Guerra Mundial, con la primera lectura del club 4 Lecturas 4 Continentes de 2025, con la escritora y periodista Laia Perearnau, y su tercer libro: La pasadora.

Laia Perearnau comienza su incursión en la escritura inspirada en los grandes títulos de Gabriel García Márquez, pero es un curso de literatura creativa el que marca la diferencia en su actividad productiva por el método que la proponen utilizar para organizar el trabajo previo de información, investigación, creación de personajes y de escenas... un orden necesario que la ha permitido sorprender a los lectores con grandes títulos como Francesca de Barcelona o La pasadora, que entremezclan hechos históricos con altas dosis de ficción. En su proceso de creación nos desveló cómo va metiendo los hechos históricos que quiere contar en la novela hasta que caminan ellos solos de la mano de personajes y de otras historias agradables de leer, y todo esto a un ritmo trepidante, propio de su bagaje como guionista de televisión. 

En La pasadora se basó mucho en las historias personales de los judíos que pasaban a España atravesando los Pirineos. Y Sol Mentruit, la protagonista, está inspirada en el caso de una historia real, una pasadora de 18 años que pasó a una familia entera y, muchos años después, el niño de aquella familia vino a agradecérselo. Como en este caso, en esta recuperación de la memoria, Laia se ha encontrado con muchos testimonios de nietos que descubrieron que su abuela era pasadora por los coches con matrícula extranjera que venían a dar las gracias mucho tiempo después.

Algunos lectores coincidieron en que habían leído la novela de manera casi compulsiva, sin poder parar, especialmente la tercera parte, otros confesaron haber leído el libro con un mapa en la pantalla, para poder localizar los lugares mencionados en las rutas de los pasadores, rutas que tanto ha recorrido también la escritora para poder inspirarse y escribir la historia de la forma más creíble posible. De hecho, en los años 50 aparecieron varios cadáveres de la época, y recientemente también han aparecido algunos con los cráneos agujereados, confirmando que la leyenda negra de asesinatos en la montaña es real. 

Max, nuestro gran protagonista masculino, creado a partir de una historia real de un pueblo de Austria que votó no a la anexión con Alemania, creó mucho revuelo entre los asistentes, especialmente por comenzar con él el primer capítulo, dando al lector un poder que la protagonista no tiene: conocer su verdadera identidad desde el principio. Junto a esta técnica narrativa, la escritora utiliza también los flashbacks, con lugares y fechas diferentes para mantener al lector atento en todo momento. Max es un personaje que no es fácil, confesaba Laia, al que vas conociendo y entendiendo a lo largo de la historia y, como la protagonista, del que te enamoras rápidamente. Porque algo que destaca en la novela es la intensa historia de amor que esconden sus páginas, una pasión construida a partir de la literatura, del alegato al amor y al paso de tiempo de los poemas de Apollinaire y del libro Adios a las armas de Hemingway, una novela antibelicista que relata una historia de amor muy parecida a la que nos ocupa.

Otros personajes reales que crearon pasiones y gran admiración fueron el químico judío Rosenthal, que consiguió engañar a la embajada española de París, que se dedicaba a hacer firmar poderes a los judíos para después quedarse con sus bienes; el aviador inglés Richard A. Mayhew que, como otros aviadores, tenía que llegar a la Venta Miraflores en Algeciras para poder volver a Inglaterra desde Gibraltar ya que para los ingleses fabricar aviones era factible pero fabricar pilotos a la misma escala no era tan fácil, por eso pagaban mucho dinero por recuperarlos vivos, y fueron muchos los aviadores que utilizaron esta ruta para volver a Inglaterra; Jacques Allier, el héroe que consiguió rescatar la última bombona de agua pesada del mundo para que no cayera en manos alemanas, o el famoso pasador Quim Baldrich, rudo y tierno a partes iguales, y uno de los líderes de la red de evasión andorrana. De los grandes traidores y los personajes oscuros de esta novela, causantes de tanta desgracia y de que existan quizás también estas novelas y estas grandes historias de superación y humanidad, no hablaremos en esta crónica, dejaremos que los lectores los descubran en el libro.

Laia Perearnau confesaba que comienza imaginando sus novelas por los puntos más álgidos de la historia pero, llegado un momento, los personajes avanzan solos y eligen lo que les ocurre, y así fue lo que pasó con el final de este libro, que cuenta además con un final alternativo que gustó y alivió mucho a los lectores. Un libro trepidante que entremezcla una potente historia de amor con importantes hechos históricos y héroes anónimos rescatados de la historia. Una historia para viajar a otras épocas, a otros lugares, a la montaña, a la guerra, y también a la humanidad.

Otros títulos que rescatamos entre los lectores que tenían que ver con esta historia es Maddy y las fronteras, de Edurne Portela, El marqués y la esvástica, de Rosa Sala Rose y Plàcid García-Planas Marcet, Viento salvaje: crónica de una tragedia en los Pirineos, de Jordi Cruz i Serra, o Los rojos de ultramar, de Jordi Soler; el documental Balandrau, infierno helado, y las series Los amos del aire o Transatlantic. Y nos quedamos con ganas de conocer el título de la siguiente novela de esta fantástica escritora, en la que también mezcla historia con ficción, monasterios, copistas... seguiremos atentos para tenerla pronto entre nuestras estanterías.

martes, 11 de marzo de 2025

La espiritualidad, punto de interés este mes en la biblioteca

El pasado viernes 7 de marzo, nos reunimos en la biblioteca Vicente Aleixandre del Instituto Cervantes de Tetuán en torno a la exposición bibliográfica Místicos de las dos orillas, exposición que está abierta hasta el 28 de marzo en la biblioteca, con ocasión del mes de ramadán. La inauguración reunió a religiosos, investigadores, estudiantes, artistas, y público en general curioso de conocer sobre este tema, que va más allá de las religiones, y conecta con la esencia más íntima del ser humano. 

Presentó el acto la profesora y responsable del examen DELE del Instituto Cervantes de Tetuán, María Ángeles García Collado, enmarcando el evento en la trayectoria del centro como continuación de una política cultural que incita al diálogo intercultural, mencionando actividades como el Día de la Convivencia en Paz, que se viene celebrando cada año el 16 de mayo, y el Congreso sobre la Alianza de las Civilizaciones, organizado en colaboración con la Universidad Menéndez Pelayo. 

Inauguración de la exposición el viernes 7 de marzo de 2025, con
María Ángeles García Collado, Houda Laghrich y el padre Rolando Ruíz Durán. 

Acto seguido, tomó la palabra Houda Laghrich, de la biblioteca Vicente Aleixandre, inaugurando la exposición y argumentando la presentación de estos místicos seleccionados en dos razones primordiales: el valioso legado literario que nos dejaron en poesía y en prosa, y el legado humano y universal que resulta de gran actualidad hoy en día al hablar de tolerancia, libertad de culto o unidad de creencias. En la elección de títulos que forman parte de los elegidos para la exposición destacan aquellos del gran maestro Ibn Arabí, por su universalidad y gran actualidad; del Shaykh Al-Alawi, santo contemporáneo del siglo XX predicador de la renovación en la religión y en la espiritualidad por sus mensajes proféticos de gran fuerza espiritual, y grandes valores éticos entendidos a través de los tiempos, con el que mencionó el hadith (la palabra del profeta Mahoma) que dice que cada cien años llegará un santo que renovará los asuntos religiosos. De Santa Teresa de Jesús comentamos su vida y obra, en la que destaca su papel tanto a nivel social como espiritual. Su talento estuvo presente a través de su famoso poema Vivo sin vivir en mí.

Y clausuró la presentación el padre javeriano Rolando Ruiz Durán para explicarnos lo que es para él la mística en un apasionado discurso que cautivó a todos los asistentes por la franqueza de sus palabras y la humildad de su persona. En un discurso fluido y cercano nos habló del amor divino como motor que mueve la mística y permite experimentar vivencias difíciles de transmitir en el lenguaje común, siendo la poesía la mejor forma de expresión. Nos habló de dos místicos, uno cristiano y otro musulmán: San Juan de la Cruz e Ibn Arabí comentando sus respectivas vidas y sus experiencias espirituales, para finalizar recitando un poema de cada uno: Solo con el Único, de Ibn Arabi; y Cántico espiritual, de San Juan de la Cruz. 

Las preguntas, comentarios e intercambios de opiniones entre el público fueron muy enriquecedoras, alargando esta inauguración a una mesa redonda en la que se habló de la paz y de su relación con lo espiritual, de la libertad y la heterodoxia de la mística, de la relación entre los sufíes y los javerianos, y de los santos de las dos orillas y de todas las orillas.