sábado, 18 de mayo de 2024

De lecturas y paseos con Youssef El Maimouni

Celebramos la Semana Cervantina 2024, como no podía ser de otra manera, con buena literatura. En esta ocasión, de la mano de Youssef El Maimouni, lectores de Tánger y Tetuán se unieron en un club de lectura con el autor que tuvo lugar en la biblioteca del Instituto Cervantes de Tánger el viernes 26 de abril, para comentar todos los aspectos de la novela. Y el sábado 27, pudimos disfrutar de un paseo urbano por los lugares de Tetuán mencionados en la novela

Comenzamos el club conociendo la vida del escritor Youssef El Maimouni, que nace en Ksar el Kebir y con apenas dos meses de vida le llevan a un pueblo de Cataluña donde crece preguntándose por sus orígenes en múltiples ocasiones, y escoge así estudiar filología árabe por consejo de un profesor de instituto. Nos contaba que sus nociones del árabe hasta entonces procedían sobre todo del ámbito religioso, y pensó que estudiando filología podría completar esa visión, finalmente fue una carrera que disfrutó y sufrió a partes iguales, pero sí cumplió su objetivo. Ahora, además de escribir para ese puente imaginario entre ambas orillas que tanto nos gusta, dedica su tiempo a escuchar y a ayudar a otros como educador social.

El escritor Youssef El Maimouni durante el club de lectura, en la Biblioteca Juan Goytisolo del Instituto Cervantes de Tánger

Con esta primera novela, el escritor comienza una trilogía de la discriminación, que está cerca de terminar con la publicación del tercer título. La ópera prima que nos ocupaba esa tarde es una novela histórica para algunos y del viaje del héroe para otros. Un libro contado en esta ocasión desde el punto de vista marroquí, de los marroquíes que fueron a luchar en la guerra civil española. Para él, era importante contarlo desde la perspectiva de esta otra orilla, en contraposición a la de otros escritores con los que no comparte esa visión del moro salvaje, citando a Arturo Pérez Reverte. Esta novela es una actitud, una respuesta, es política y es confrontación a tantos estereotipos, discriminaciones y visiones sesgadas del otro. Era necesario escribir sobre ello y Youssef lo ha hecho y muy bien. Otros escritores que para él también se han posicionado y a los que admira son Saïd El Kadaoui, con quien también realizamos un club de lectura en 2020, Mohamed El Morabet, Meryem El Mehdati, y los cómics de Nadia Hafid

Comienzo de la ruta en la antigua plaza del Feddan.

El escritor nos contaba que la historia, la idea de la novela, parte de la anécdota, de los testimonios personales de la gente mayor del pueblo de sus padres, y aunque el discurso a veces es victimista y los recuerdos tienden a alejarse frágilmente de la realidad, fueron la base perfecta para comenzar esta aventura tan bien hilada. Las fuentes de información que el escritor ha utilizado, además de estos testimonios personales, han sido fundamentalmente noticias de prensa. Y el gran trabajo, desde su punto de vista, ha sido leer y releer gran cantidad de novelas y ensayos sobre este tema. De ahí destacó a grandes autores a los que admira como Barea, Sénder o Madariaga. Otro aspecto que no ha detectado en algunos autores y quería incluir en esta novela, era el punto de vista de las mujeres, aquellas que querían quemar los cuarteles que albergaban a hijos y a maridos, y que se quedaron toda una vida esperando en sus pueblos a seres queridos que nunca volvieron, y si lo hicieron, nunca indemnes, esos héroes anónimos. El otro ingrediente fundamental en el que el autor confía para escribir novela y no ensayo es la emoción, la magia que debe suceder para que la carga emocional que transportan las palabras lleguen al lector. Y aquello que quiere desechar en esta novela: la nostalgia, por ser un elemento que obvia los lados oscuros.

 
Youssef Maimouni hablando de los no lugares al comienzo de la ruta.

Con la investigadora María Rosa de Madariaga tampoco coincide en todo, ¿realmente se alistaron de forma voluntaria los miles de marroquíes que fueron a la guerra civil española? ¿hasta qué punto influían los qaids e imames de los pueblos y duares? ¿qué propaganda se utilizaba para convencer a campesinos y agricultores? ¿era la pobreza la principal causa del alistamiento de marroquíes en el ejército español? Algunos decían que el lema era ir a matar infieles, judíos, marxistas..., sin embargo el autor discrepa aquí también, ¿qué iban a saber todos esos hombres a lo que iban? En la novela, Youssef pone sobre la mesa las preguntas y las posibles repuestas con gran respeto, dejando al lector imaginar su propia visión, confiando en el criterio de los que han querido llegar hasta la novela. Por eso en esta historia, la bondad y la maldad no entienden de nacionalidades, pero sí de envidias, de antiguos odios y de gente sin escrúpulos. En el otro extremo, la calidad de las personas, las bondades de los hábitos, la unión de religiones y culturas, ingredientes que también se sirven en esta suculenta historia, que entre otras, nos cuenta geniales anécdotas de los cocineros marroquíes que también participaron en la contienda, y su gran actuación frente a las huelgas de hambre de los grupos de regulares marroquíes en el ejército español. Todo en esta novela es fascinante.

Esta trilogía, además de la discriminación, idea con la que Youssef comenzó a escribirla, tienen otros punto en común: los títulos son preciosas metáforas, la primera sacada de un versículo del Corán, Cuando los montes caminen, y el segundo título, Nadie salva las rosas, de unos versos de Mahmud Darwish. En ambos, el autor juega a confundir al lector llamando al protagonista como él mismo, Youssef, aunque asegura estar más presente en otros personajes que en el protagonista. Hubo discrepancias, de hecho sobre el protagonista, ¿seguro o indeciso? Un niño que se convierte en adulto después de pasar por diferentes vicisitudes, el viaje de un héroe transformado por atrocidades por las que nadie debería pasar. 

Destacamos a otros personajes por su importancia en el libro, y con los que el autor dice sentirse más identificado, por ejemplo el sabio sepulturero. Y por supuesto tuvo su lugar en el debate el temido y aguerrido General Mizian, tan conocido por su papel en la creación y reclutamiento de la guardia mora de Franco, y que en la novela aparece muy bien retratado. Al contrario, encontramos un personaje que despertó grandes simpatías, hablamos de Topo, que empieza con una aparición secundaria y va cobrando relevancia a lo largo de la historia. Y de Dada, un fantástico personaje que le permitió hablar de la esclavitud, y también de la sororidad, en aquella época. En contrapartida, las ciudades de esta novela no tienen nombre y los capítulos tampoco tienen título. Y nada en esta obra es inintencionado.

El escritor hablando de las fosas comunes, en la puerta del cementerio musulmán, una de las siete puertas de la medina de Tetuán, Bab Mkabar.

Los lectores destacaron el duro enfoque de la guerra retratado en el libro, y en consecuencia de la historia, con un final acorde, y redondo. Otros la cantidad de palabras árabes presentes en la novela, sin glosario ni explicación, también intencionado, a Youssef le gustaría que se conocieran más palabras en árabe en España, quizás tantas como en Marruecos se conocen de la lengua española. Otros lectores destacaron las narraciones bien tratadas, amenas, incluso al narrar episodios bélicos, con reflexiones que ilustran y aportan valor a la narración. Youssef mantiene la tensión con una técnica literaria muy libre pero muy acertada y con preciosas metáforas, además de otros elementos también presentes: tradiciones, chascarrillos, útiles de la vida cotidiana de la época, aspectos religiosos, de unión y de esperanza, historia, cultura, pinceladas antropológicas... Este libro nos ha cautivado y no podemos dejar de recomendarlo a todos los lectores. La lengua de escritura también abrió el debate de las lenguas, para Youssef el castellano es su lengua literaria, en casa utiliza el catalán, y en el marco académico conoce y maneja el árabe, pero se siente más libre y confiado escribiendo en castellano. 

Desde la puerta Bab Mkabar, subiendo camino a la Alcazaba.

El autor dejó claro en diferentes ocasiones que no pretendía escribir una novela didáctica, y que tampoco escribe para entretener, sin embargo, muchos estuvimos de acuerdo en que es una novela que invita a la reflexión, apta para jóvenes y adultos, para un público amplio. Y es un novelón que ha conseguido narrar el horror de la guerra desde esa emoción que mantiene al lector en vilo, con informaciones históricas tan respetuosas como apropiadas. El libro consiguió gran éxito de lectores en ambas bibliotecas, además de una lección de humanidad incomparable, y la fuerza del amor ante la crudeza y el horror de una barbarie que nunca debería haber existido. 

El sábado, de paseo por Tetuán, pudimos visitar algunos cuarteles de la ciudad, la antigua Delegación de Asuntos Indígenas y los cementerios, tan presentes también en el libro. De los cementerios y enterramientos destacó la cantidad de fosas comunes en España donde se han encontrado restos de marroquíes junto a republicanos. 


Visita al cementerio español de Tetuán durante el paseo.

En la novela, aparece diferentes lugares de Tetuán, desde los cuarteles antes mencionados hasta el importante hospital militar o las instituciones administrativas. A principios del s. XX no había tantas concentraciones urbanas, y Tetuán era una de las ciudades más importantes. El aeródromo, puente aéreo entre Tetuán, Algeciras y Sevilla, fue un punto clave en la guerra civil española, y algunos lo destacan ya mucho antes como punto fundamental durante la IGM. A las afueras de Tetuán había campos de concentración, donde también había marroquíes que se rebelaron para no participar en la guerra civil española. Tetuán fue una ciudad clave en la historia militar española, y esta novela, entre otras cosas, también deja constancia de ello. El paseo fue fantástico, con muy buena compañía, entre escritores y lectores de dos fantásticas ciudades llenas de historias y enclaves de ensueño.

A lo largo del paseo, Youssef nos explicaba por qué no aparecen los nombres de las ciudades en el libro, apostando por el no lugar, confiando en que los lugares lo conforman las personas, y ellas sí están presentes. Para muchos, nos decía, sí es importante el lugar, y ahí está el origen del fascismo y la discriminación. Nos quedamos con ganas de más libros de Youssef, de más encuentros, debates y reflexiones. Y ya le hemos dicho que pase por la biblioteca cada vez que venga a Tetuán. ¡Gracias por celebrar el Día del Libro y la Semana Cervantina con nosotros!

Fin de la ruta, con la alcazaba al fondo, en la nueva plaza del Feddan de Tetuán.