jueves, 10 de mayo de 2018

Club de lectura: Habitaciones cerradas, de Care Santos.


Broche de oro para el último club de lectura de este curso académico con la obra Habitaciones cerradas, de Care Santos, para el que contamos con nuestros lectores habituales y algunas caras nuevas que aunque no terminaron de leer la obra, sí habían visto la magnífica adaptación televisiva a través de Rtve. Una gran producción de la que Care Santos estaba muy orgullosa, y de la que dijimos tenía toques de película cinematográfica, con una ambientación y decoración muy cuidad y una fotografía muy atractiva.

Hubo quien prefirió leer primero el libro y después ver la serie de televisión, y en otro bando los que visionando primero la serie pudieron adentrarse en la novela con mayor facilidad prestando mayor atención, al lenguaje, al carácter de los personajes, a las alteraciones cronológicas del texto: analepsis, elipsis, prolepsis... interesantes términos que descubrimos con esta autora para la que el orden cronológico está sobrevalorado. Una estructura original que comienza situando al lector durante las primeras páginas y que desemboca en una acción de ritmo trepidante. Todo ello acompañado de una riqueza léxica admirable y una variedad de registros lingüísticos que detallan igual una noticia de periódico, que  la descripción de un cuadro o un correo electrónico. 

Club de lectura dedicado a Care Santos, 8 de mayo de 2018. Salón de actos del Instituto Cervantes de Tetuán.
Y así fuimos adentrándonos también en los diferentes personajes de la novela, una alta burguesía culta, adinerada e influyente, frente a unos empleados con muy pocas posibilidades, los derechos del hombre frente a los de la mujer,  ese pequeño reducto que sólo algunas podían disfrutar. La diferencia de clases y derechos en función del grupo en el que le tocara a cada uno. Y la evolución de esos grupos y sus líneas divisorias en el paso del tiempo que retratan las diferentes generaciones de esta saga familiar inventada con un realismo que no todos creyeron que nunca hubiera existido. Y una Barcelona que se convierte en un protagonista más de la obra, con verosímiles descripciones desde todos los ángulos. Para Ahmed la constante de la obra es el abuso de poder a los que aluden unos y otros en función de las posibilidades, y comparó la obra con Barrio de maravillas de Rosa Chácel, que también usa la ciudad como personaje, o Nada, de Carmen Laforet. 

Y así, y casi como denominador común, llegamos a nuestro protagonista, al que quieres y odias al mismo tiempo, Amadeo Lax, agraciado pintor, cuyo oficio en la novela Mª Ángeles pensó no era casualidad, al formar parte de la descripción de esa sociedad catalana de la época, vanguardista, moderna, cercana a Europa, que sabe invertir y buscar, y que rompe con todo. Nos reímos recordando el miedo al cambio con los inventos que aparecen en la novela: la luz eléctrica, el teléfono o el cine. 

Un protagonista que determina el futuro del resto de personajes, y en el que nos detuvimos un rato tratando de averiguar el por qué de sus desdichas personales entre las que hubo opiniones para todos los públicos: la lactancia de la nodriza, la ausencia de la madre, la frustración de sus sueños, la maldición del artista, un personaje que se va desvelando poco a poco, y cuya complejidad se averigua más bien al final de la historia. Jesús no tardó ni cinco días en leer el libro, y para él, la desdicha del hermano mayor radica en las absurdas tradiciones tan presentes todavía en tantos lugares del mundo. Y frente al protagonista una madre adelantada a su época, y sobre la que recae el peso de la historia familiar, una mujer valiente en una etapa de transición que se aferra al espiritismo para romper con los convencionalismos establecidos, y que también moldea con sus fuertes convicciones a todos a los que tiene a su alrededor, y no tienen miedo de perder nada en el camino.

A Abdou la lectura le estremeció, le trajo recuerdos familiares muy personales, y no nos extraña, la misma autora en una entrevista de la revista Cuadernos Hispanoamericanos nº 792 dice que somos una acumulación de tiempo y experiencias que nos precedieron, de personas que no recordamos, herencia de personas a quienes ni siquiera hemos conocido. 

Y así aplaudimos todos la magnífica y original novela que teníamos entre manos. una forma diferente de contar la historia. Una autora que se siente cómoda con el lenguaje, la estructura, la época, los personajes, los temas... y nosotros leyéndola, sin querer parar, disfrutando de cada página y de cada título, por eso recomendamos todos sus libros disponibles en la biblioteca, entre ellos el Premio Nadal 2017: Media vida.

La literatura es el mejor modo de ser feliz que conozco.
Care Santos. Cuaderno Hispanoamericanos nº 792.

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