jueves, 17 de marzo de 2016

Mujer y espacio público; o mejor, mujeres y espacios públicos


A las siete de la tarde del miércoles 16 de marzo se sentaban a la mesa del salón de actos del Instituto Cervantes de Tetuán, Mª Dolores López Enamorado, directora de la institución; Mercedes Jiménez-Álvarez, doctora en Antropología, experta en derechos de la infancia e investigadora especialista en estudios de género así como activista social; Amina Bargach, psiquiatra y vastamente reconocida luchadora en defensa de los derechos humanos de hombres, de mujeres, y de menores; y, Amina Bourjila, teniente-alacalde del Excmo. Ayuntamiento de Tetuán. Ninguna duda nos cabe de que son cuatro mujeres con trayectorias muy dispares y ninguna incertidumbre albergamos acerca de que han conquistado espacios públicos muy diversos, con mucho esfuerzo, y a veces, sin el necesario reconocimiento y sin la imprescindible visibilización de su labor. Así que ante un público también, excelentemente nutrido de mujeres profesionales, mujeres madres, mujeres investigadoras y siempre, mujeres luchadoras e inquietas, se inició el encuentro con las respectivas intervenciones.

La directora del Instituto Cervantes de Tetuán recordaba que el acto se inscribe en una actividad que al unísono celebran los diferentes centros de Marruecos con motivo del Día Internacional de la Mujer. Presentó a sus compañeras de mesa con datos objetivos procedentes de densos y extendidos currícula, pero sobre todo, con mucho cariño; y dedicó el evento a la memoria de Fatima Mernissi, que nos abandonaba recientemente para dejarnos una suerte de orfandad en la producción de la teoría feminista así como en el análisis esperanzador de las realidades más complejas.

De izquierda a derecha: Mª Dolores López Enamorado, Amina Bourjila, Amina Bargach y Mercedes Jiménez-Álvarez.
Continuó después Amina Bourjila con mención a los actos que se han celebrado en la ciudad a raíz de la celebración del 8 de marzo (para las funcionarias municipales, en centros penitenciarios para mujeres privadas de libertad, para mujeres en situación vulnerable, etc.) y elaboró una sutil crítica frente a las limitaciones de convertir el merecido homenaje de todas las mujeres en algo superficial que apenas dura un día. Nos contó de sus aspiraciones personales: del origen de sus inquietudes políticas y del malestar que le llevó a intentar cambiar todo aquello que no le gustaba del contexto social que le rodeaba, inscrito en un patriarcado misógino cuyas consecuencias no sólo afectan a las mujeres sino también a los hombres. Su compromiso con la ciudadanía quedó patente sobre todo como un humanismo alimentado por los horizontes de la utopía.

Después, tomó la palabra Mercedes Jiménez-Álvarez. Se adentró en la construcción socio-cultural de la maternidad para aventurarse en los territorios en que ésta se torna también construcción política. Un esbozo de las tendencias teóricas nos sirvió a los y las asistentes para plantearnos potentes preguntas: ¿son los trabajos derivados de los cuidados de los seres dependientes, sean menores, sean ancianos y ancianas, sean enfermos o enfermas un trabajo productivo? ¿está la reproducción suficientemente considerada, valorada y visibilizada? ¿hemos caido en la trampa de las exigencias productivas neoliberales delegando los trabajos derivados de los cuidados sin reclamar las responsabilidades públicas necesarias? Con un relato personal acerca de la experiencia propia de la maternidad, nos sorprendió cuestionando los imperativos sociales que pesan sobre las mujeres desde siempre: antes, invitándoles a una "desnaturalización"; y ahora, negándoles la capacidad de decidir en libertad.

Finalizaba la ronda de intervenciones Amina Bargach con una perspectiva sistémica y de género para ahondar en la redefinición de los espacios públicos, si es que existieran, por contraposición a los espacios íntimos y cerrados y los espacios intermediarios o de tránsito. Apela a la necesaria "higiene mental" cuyo ejercicio nos protege tanto a mujeres como a hombres, sea cual sea nuestra edad, para derribar prejuicios, eliminar paternalismos y victimismos paralizantes, y ser responsables y autónomos en la tarea de construir nuestros proyectos vitales, y nuestra independencia; no solo económica sino psíquica. Nadie como ella, cuyo quehacer profesional le proporciona inmejorables perspectivas de las consecuencias del devenir social, político y económico, podía asesorarnos mejor en torno a cómo construimos nuestros sueños, cómo delimitamos nuestro tiempo de trabajo y nuestro tiempo de ocio, y finalmente, cómo solpadamente nos vemos a veces alienados sin apenas acertar a identificar cuál es el verdadero enemigo y contra quién debemos luchar.

Se abrió seguidamente un turno de debate en el que los y las asistentes tomaron la palabra mostrando que estaban a la altura de las inquietudes que habían desvelado las expertas. Un público preocupado por el bienestar no sólo de las mujeres sino de los hombres y de todas las personas demostró que es tarea de todos la lucha por visibilizar la fértil contribución de las mujeres a la historia del mundo en diferentes ámbitos, y por aliviar lo que a causa del sexismo y del machismo también sufren muchos hombres.

A las 20.30 nos despedíamos con la sensación de que necesitamos más voces valientes como las de estas cuatro mujeres, que saben como nadie expresar eso que en definitiva sentimos de forma compartida, y que han logrado conquistar espacios públicos múltiples. ¡Gracias a las cuatro por habernos regalado con sencillez y de forma amena ayuda para comprender lo complejo!